queza. La atmósfera estaba cargada con los suaves gemidos de
os dedos a la suave seda de las sábanas, sincronizando sus mov
e con la otra inmovilizaba las de ella contra la cama, liberando el
ado que escapó de su garganta. Por su parte, él le dio una última y po
tal. Se quedaron juntos mientras los resab
urmuró ella en la oscuridad, con una voz suave y firme, impregnada de una i
o del hombre contra su oído; de hecho, cada u
on una sonrisa juguetona, mientras
esperanza se instalara en su corazón. "Sí. Todavía soy joven, así que recuperarme en este momento del parto sería mucho más fác
lo, de repente bajó su mano hasta su rostro y le apretó con
atarme con un hij
aron. Sin detenerse, él se apartó bruscame
reacción de su amado, así que se apresuró a desdec
rek finalmente hablara de nuevo, en un tono bajo y cortant
ndida, girándose para verlo. Se preguntó si él se
de bodas; toda la familia Evans s
resado", respo
lo el contorno de su rost
echo se encendieron, iluminándo
las sábanas para cubrir su desnudez, mie
mpletamente desnudo, y se dirigió al baño. Segundos después,
tenso y ensordecedor. Se quedó inmóvil, aún aferrándose a la manta. En sus oí
o y la salvó. Cuando finalmente se recuperó, el anciano solo le pidió una cosa: que se cas
aceptó sin protestar y firmó el contrato matrimonial que la uniría con Derek por tres años
Derek y lo cuidó con una dedicación inquebrantable.
Allison se enamo
ntos era aproximadamente de un año y medio. Y Derek nunca fingió: su c
y se fue inmediatamente del país. Aunque aseguró que lo hacía para cumplir su sueño de convertirse en diseña
el final de su contrato matrimonial coinc
no podían compararse con el lugar que Kaylyn tenía en el corazón de Derek. De
lenara el aire. Un momento después, la puerta del baño se abrió y Derek
delgado y poderoso, con músculos definidos, piernas largas. Al
amente el ceño al darse cuenta de que
y un pantalón ajustado. Con movimientos lentos y precisos, dejó caer la
y que no asistirás a la cena familiar
rfil, no había nada cálido en él. Parecía que cada una de las sílabas que pr
a rebuscar en el bolsillo de su saco, que estaba sobre la silla. De allí sa
tomar tus anti
. Cuando finalmente habló, su vo
iempre se aseguraba de que su esposa se tomara las pa
ara embarazada no solo para unirla a Derek, sin
disimulaba su falta de interés. Solo dos había
a. Acto seguido, abrió bruscamente un cajón de la mesita de noche, sacó un documento y lo dejó cae
ron en el pecho de Allison como un hierro candente. Con una mano temblorosa, ella agarró el docu