ria. Ya había declarado muerta a Jane, pero Allison se
desde todos los rincones de la habitación,
a de dudosa procedencia, que usaba la muerte de J
sus absurdas declaraciones. Sin embargo, ambos hombres per
nos ridiculice. ¡Que alguien la saque de aquí!", exclamó Michael
bruscamente de su asiento y, con un movimiento rápido, colo
como para tocarla", expresó con frialdad,
él la había defen
ó una emoción desconocida asentándose en su pecho; sin
s ojos. Luego le susurró al oído: "Allison,
vertencia mortal impregnada en sus
on sus ojos. Su mirada enrojecida era una t
cama, extendiendo su brazo libre para estabilizar a G
", suplicó el anciano, mientras las lágr
s, pero en ese momento estaba roto y desesperado, además de
s de la familia apretaron las mandíbulas en silencio
sus movimientos eran cuidados, carecían de la eficiencia pulida de un médico entr
historia era apenas un susurro. En sus tres años de matrimonio había sido una f
e la familia. Se la pasaba escondida en la villa de Derek, apartada de la vi
onia alguna, ni intercambio de votos, ni una fiesta, solo un certificado d
olvería a abrir los ojos y, cuando se recuperó, todos
acia de actuar como si pudiera d
jos en ella, esperando el momen
a atravesaban por todos lados. Tras terminar su meticuloso
n médica privada, lujosa, estéril y completamente equipada pa
, rompiendo la tensión. Después de observar los rostros escéptic
o puedes hablar de operar a alguien?", resonó la voz de Eric
rostro se ensombrecía. Era verdad que no tenía un
la boca con la mano, mientras exclamaba: "¡Por Dios! ¡¿Una cirugía sin licen
plicó la aludida, cortan
! ¡Fuera de aquí!", escupió Michael, con la
litar. Su expresión se endureció aún más, mientras pronunciaba: "Mamá ya se ha ido, y todos ustedes están aquí parados, permitiendo que una extraña haga lo qu
oridad, seguido de Eric, así que ante su arrebato, los presentes se
as una imagen distante de unas vacaciones de hacía mucho tiempo, una chica tranquila que apenas había
rtas y tajantes. "No me importa cuáles sean tus motivos, pero n
rdor doloroso en su nariz le nubló la visión. Sin dudarlo, se arrodilló junto al cadáver de su m
tentarlo?! ¡Les juro que la situación no puede empeorar!", d
ic, con una expresión sombría, mi
a emanó de su cuerpo mientras daba un paso adelante. Luego, habló en un tono tan gélido que causaba escalofríos: "Tío Eric, el ab
de la abuela por una extraña?", espetó el aludido, co