img El CEO y su Esposa Curvy  /  Capítulo 5 Capitulo 5 | 100.00%
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Historia

Capítulo 5 Capitulo 5

Palabras:1488    |    Actualizado en: Hoy, a las 03:54

olor marfil. Cada rincón destilaba opulencia, como si el dinero pudiera disfrazar la realidad de lo que era: una jaula dorada. Un p

trastaba con el pesado silencio que se cernía sobre ellos. Su vestido de novia pesaba c

in mirar a Adrián, comenzó a quitarse los alfileres del cabello. Las horquillas cayeron una a una sobr

bo dramatismo en sus movimientos, solo la cadencia pausa

esperes nada d

daga envuelta en terciopelo. No era solo un

able de siempre y la colgó en el respaldo de un sillón. Su expresión

para forzar a

eración pequeña pero significativa. Sus tacones cayeron de lado con un golpe hueco cont

a él, cruzánd

que tuvieras intenciones de cons

s de desabrocharse los gemelos de la cami

ulsivo. Si quisiera al

tante lo cómodo que parecía en esta situación, como si nad

exagerado. Hundió las manos en la suavidad del satén, disfrutando el contraste frío contra su piel calie

aría un contrato de negocios. Luego se acercó al minibar y sacó una botella de whisky, llenando un vaso

se siente casarse con alguien que

onrió si

rido,

y bebió un sorbo pausado, disfrutando del ardor del licor, deslizándose po

burro con

so. Su esposo. ¡Qué absurdo sonaba eso! Un extraño con el que había compart

ona, aunque sus ojos reflejaban una promesa distinta-. Pero si hay algo

esde su altura, la miró con una intensidad que hizo qu

de esposa pien

ellos, como un choque de placas tectóni

a sentir el calor que emanaba de su cuerpo, el sutil aroma de su loción mezclado con el whisky

epientas de cada expecta

n no p

expectativa

ro esta vez sin

repárate para que este matr

con un golpe suave, dejando atrás a un Adrián que, por primera vez

isionado. Y ninguno de lo

guridad de quien sabe que es observada. Su pijama de satén se adhería a su piel, marcando cada curva con una sutileza provocadora. La fina tela de tirante

cción; su mirada se deslizó lentamente por su silueta, deteniéndose en los pequeños detalles: la forma en que la tela se ceñía a su cintura, el leve balan

moño alto, dejando expuesta la elegante curva de su cuello. Desde el reflejo, atra

-murmuró con suavidad, como si compartier

ndar era seguro, pausado, el de un hombre que nunca se apresura, que se mueve con la certeza de que el mundo se ajustará

, finalmente, su voz má

o el peso de aquella tensión suspendida en el aire. Adrián estaba tan cerca que podía

uedar frente a él-. ¿Vas a quedarte ahí parado

e su piel. Sus manos se flexionaron a los costados, como si se contuviera de toc

iendo su propio pulso acelerado. No había esperado que se rindiera tan fácilmente, pero

le devolvió la imagen de un hombre cuya máscara de autocontrol acababa de resquebrajarse un

ba a ser un

... es que parte d

s de rosas, sin importarle aquello. Abrió las sabanas y se adentró en ella,

a estaba completamente dormida en gran parte de la ca

murmuró mientras secaba su cabel

la cintura, esperando que se levantara molestar. Para su mala jugada, solo le

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