, una vista panorámica de la metrópoli iluminada y un ambiente tan refinado que parecía sofocante. Nelly se ajustó el escote
erviosa. Est
hombre que solo conocía por los medios y que, según su
lla fuera
bebió un sorbo justo cuando la p
negro impecable parecía hecho para complementar su porte rígido y su expresión impasible. Nelly lo escaneó sin ninguna vergüenza, se
ápido. Un jui
a había visto demasiadas vec
lo que e
era que a ella
clinando la cabeza con una son
deslizándose en su asiento sin prisa. Fijó su mirada en ell
acer esperar
-interrumpió con sarcasmo-.
el vino en la copa de Adrián. Él lo tomó con elegancia, pero no bebió
e mí? -preguntó c
paldo de la silla, jugand
es tu idea -respondió, con una sonris
lde era poco, Nelly demostr
e. No estamos aquí por atrac
ojos-. Me alegra ver que no eres
o de perder el tie
inclinó ligeramente hacia él-. No pienso con
n momento antes de apoyar los codos
etro de mi vida para acomodarme a tus
ellos. Dos voluntades opuestas,
a vez fue un gesto genuino. Un
to va a ser m
sorbo de su vino
a directamente a los ojos, con
ya se habían dado cuenta en esa primera reunión: que se subest
, y la chimenea de mármol crepitaba suavemente, llenando el ambiente con un calor reconfortante. Eduardo Cisneros, un hombre de negocios imponente y de mirada penetrante, estaba sentado
voz grave, rompiendo el silencio que reinaba en la sala-. Mi hij
ntras que Roberto permanecía en s
conyugales -continuó Eduardo-. Sin embargo, deseo que este matrimonio sea más que una simp
damente, buscando
que sabrá comportarse como una esposa, debe hacer
frunció
ro una mujer fuerte, que tenga sus propias opiniones y que no
orprendidos. No esperaban esa
difícil de controlar... -dijo Doris-. Pero estoy segu
o-. Porque no toleraré ninguna
staló en la sala. Doris y R
as familias -dijo Eduardo finalmente, levantándose de su
dieron de Eduardo con una reverencia. Al salir de
con lo que Cisneros quiere
la herencia pasará a manos de mi hermano -respondió Roberto-. Eduard
intió con
ijo Roberto-. No quiero que arruine e
is-. Yo me encargaré de que Ne
rto s
que ten
le. A pesar de la elegancia del lugar y la exquisitez de la comida, ambos se sen
atrimonio -dijo Nelly, rompiendo el si
a miró co
s -respondió-. Tú tampoco eonrió co
ni aunque fueras el últ
eplicó Adrián-. Pero ambos s
os. Nelly jugueteaba con su copa de vino, mientras
e la boda? -preguntó Nelly,
-respondió Adrián-. N
Nelly-. ¿También
ondió Adrián-. Pero
egó con
-. Te seguiré a dond
eía en Nelly una mujer
r ideal -replicó Adrián-. Solo
apel? -preguntó N
os -respondió Adrián-. Y
ltó una c
a ser tu florero, no me dejaré me
replicó Adrián-.
midos en sus pensamientos. Al terminar, Adr
varé a c
ante, Nelly no paraba de preguntar o comentar cosa
cisión de su padre