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Historia
Lo que pasa en las Vegas se queda en el crucero

Lo que pasa en las Vegas se queda en el crucero

Autor: Tally Mora
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Capítulo 1 Destinos cruzados

Palabras:3629    |    Actualizado en: 10/01/2025

ormidad, sin llegar a ser muy explicito. Situaciones de dudoso consentimiento y la relación entre la protago

**

r la muerte con suspiros resignados que me reprogramé para no sufrir la partida de nadie. Desde niña me apunte a la tarea y funciono durante años

vuelo que salga primero. Acabo de dejar a mi pequeña hija de ocho años con mi padre, po

mergió a posos tenebrosos que no sabía que existían dentro de mí. Me hizo convivir con mis demonios, enfrentarlos, perder una y otra vez. El dolor volvía

e y pudo arrollarme. Da igual, el jodido instinto es el que me obliga a moverme sopeteando el rio de personas que viajan c

Me habría ahorrado esta payasada si hubiera mandado a tra

o calmada para que no sospechen. Mi paciencia no da para un es

anta la vista empañada con

estino a la ciud

cado me atrae de maneras insanas y me encanta. Por ello ace

. Una pareja de ancianos con dos niños y más adelante un hombre, no lo d

do tipo de documentos hasta que me llega una alerta de google con el per

bre que actualmente posee la custodia total de Gaia Ferria, hija de la empresaria. Varias fuentes declaran que el altercado se d

su hija no es apta para cuidar de su nieta y la familia Ferria se manti

apel de madre? ¿Ya está lista para sacrificar sus peculiares

s cuenten cada paso que doy ni si soy o no apta para cuidar mi hija. ¿Para qué sacarlo? La respuesta es clara. Briana Scott. Una editora reconocida que logra recorrer el mundo con sus noticias. Me tiene entre ceja y ceja desde que se enteró que

malito mundo donde no hay un solo rayo de luz para mi deprimente vida. Fue

Abrill a Ga

caso al abuelo, estaré conti

s y el que mi padre quiera ponerme una orden de alejamiento para impedirme acercarme a mi hija porque se

casino que se me cruce y cuando lo he hallado, bajo al piso subterráneo donde le sonido me pinta una sonrisa en el r

arios ojos lascivos me recorren y en lugar de avergonzarme me hacen sentir como una p

estan en una de las mesas de poquer. Varias prostitutas est

dama delicada le pida aquel trago fuerte debe dejarlo conf

que se creen el ombligo del mundo. Paso por alto las grandes cadenas que presumen supuestamen

llos. Lo miro a los ojos y levanta el mentón co

dalos. –El que está a mi lado me toma la man

nfianza y sé que mi mirada salvaje los dejara rendidos a mis deseos. Es

acemos re

sperados y avergonzados de que una nenita los este dejando sin nada en los bolsillos. Las cadenas de oro están sobre la mesa como ultima posesió

do lo q

nada. –S

en todo su esplendor. Soy la mejor en todo lo que hago. Gano la apuesta. Los hom

ente me sumerjo en ese estado efusivo que me ofrece el alcohol. Alguna personas me ofrecen pastillas de extasis, pero me

porque la prensa me capte bebiendo y mañana sea noticia

e entre los cristales rotos. Ignoro al cerdo que me sonríe embelesado a mi lado y pido otro tra

acho que intenta acariciarme la mejill

i mirada oliva hipnotiz

estén a nada de desnudarse para darle rienda suelta a su pasión no ayuda. Me quedo recostada a una de las barandillas que dan vista a la ciudad con un cigarrillo entre los dedos o

su amante mordisquea, hace una mueca de placer. Me conozco, se de l

oy a sucumbir aquí. Tengo límites y Las Vegas no

ajar la vista porque siento que el piso se me viene encima. El barman se ofrece a bus

ios hombres con armas que tratan de parar a un grupo de gente con cámaras, «Mierda, paparazi» no puedo dejar que me vean así. Sería un bocado

tarme a la camisa lila que aparece frente a mí. Unos brazos musculosos con un tatuaje e

r platónico. Sus ojos grises están oscuros y su rostro definido desprende perversión y peligro. Me ende

re y descargar todo lo que llevo en el estómago. Vomito tres veces más mientras el hombre

ecostada en su hombro llegamos frente a una pu

asentir con la mano en la boca. No tengo la dignidad suficiente

que seguramente debe ser jabón corporal para quitarse el olor. Tira la camisa a la caneca. Me da la espalda tensa, tallada con un tatuaje maorí que le toma

stado de contemplación. Ya no estoy tan borracha,

e el rechazo con indignación y luego al orgullo para irme. No sé si es el alcohol o mi libido por el cielo, pero estoy cau

ña con la mano para q

que duerma en el suelo para cederme la cama. No tiene ínfulas de caballero bondadoso que cede, de hecho, me extraña que sea tan condesce

ate l

ndo a prospectos masculinos como este y esperar a que sea tan directo. Me bajo el cierre frontal del vestido haciendo q

splendor mucho menos no ponerle atención. Y el hombre que tengo al frente no aparta los ojos de los míos, magullando así, simplemente, la falsa confi

Dice y se voltea

s un beso. Me doy una bofetada mental. Por amor a Dios, estamos e

tá dormido d

o te

ete. -

, de frente a su espalda. El tatuaje llama mi atencion

Volea la cabeza por encima del homb

ue siento que es

e lo e

or

Aquel sonido primit

la calle asi de borra

me c

uidado deja mucho

a la m

mal. Me levanto de su lado. Miro al tipo que cerro los ojos para ignorarme seguro. Sigue siendo una belleza ahora

le su camisa. Donde mi estado no de pena y mis hormonas estén quietas. Aunque lastima por él, no soy dos veces en la vida y no

r que me acompaña siempre, una botella de Jack Danels y mús

visual. La noche trascurre hora por hora, mi cabeza no deja de imaginar el torso marcado del sujeto, el tatuaje maorí, su mirada sobre mi asiéndome sentir pequeña y fr

guna mental espantosa y solo la imagen de un hombre pelinegro de ojos grises y una mirada peligrosa, recuerdo haberlo vomitado y

cuela por las ventanas abiertas e ilumina todo. Hay un carrito de servicio a mi lado

mi vestido esta hecho un rollo en el suelo. Me levanto sintiendo ca

por fin puedo reclamarte como mía, completamente. Espero que nue

.

eden hasta el punto de obligarme a caer de rodillas al

abia en el momento de subirme al avión. Ya la había cagad

spero llego a la ira. Cuando bebo no encuentro control. Ese tipo puede ser un caza fortuna y no recuerdo que tan comprometidos

estuvo conmigo hasta hace poco. Quizá consumando el matrimonio. Me paso las manos por la

licación del porque carajos no recuerdo ni una mierda, es la primera vez que ocurre algo así en mi vida. Aunque saber si me drogaron o no, no va a solucion

encontrar al tipo, divorciarme y ya está. No debe afectar el que recupere a mi hija por

do de dar un paso en falso nunca me hab

puede estar abordando desde el lunes. Es una noticia que me llena de alegría momentánea. Lo diseñe para alejarme del mundo cuan

a situacion. Siempre he tenido respuestas rápidas para los problemas que se me vienen encima. Mi mente me repite una y otra vez que ese puede ser el deton

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