ado a casa, y no podía evitar pensar que estaba con Lauren. Esa idea la llenaba de rabia, una rabia que crecía con cada segundo q
istió con un traje que la hacía sentir segura y poderosa. Era un nuevo día, y esta
uren en el estacionamiento. La exnovia de Mark se acercó con una s
Lauren, su voz cargada de desprecio-. Aye
ira comenzaba a her
espondió Jud, intenta
montón. Así que, ¿por qué no firmas esos papeles pronto? Mark y yo merecemos ser felices de una ve
de viento helado. La rabia creció, y en ese instante, dec
da mi valor -respondió Jud, levantando la cabeza-. Lo que M
n, pero Jud no iba a
Mark y yo tenemos una historia que no se puede comparar con lo que tú y él tuvieron
io. En ese momento, la seguridad que había recuperado la envolvió. Sabía que su
s fuerte. Tenía un camino por delante, pero estaba lista para enfrentarlo, con o sin la
nmascarando la Ve
ero la presencia de Lauren siempre estaba en el aire. De repente, la
n una sonrisa desafiante-. ¿Sabes dónd
una corriente helada la recorriera. Intentó mantener la calm
hablas, Lauren -respondi
rillo en sus ojos mostrando que di
ntinuó, sonriendo con desdén-. Estoy segura
la dejó fría, y el dolor se mezcló con la rabia. Pero antes de que
brazo, como si hubiera sufrido un a
edulidad la invadió mientras
resión se tornó oscura al ver a Lauren, con una expresión de angu
untó, frunciendo el ceño, s
tentó decir Jud, pero la confus
ciste nada? -interrumpió Mark, su v
s pies. La humillación la abrumó. Él no habí
a -dijo, tratando de contener
con decepción. Jud se dio cuenta de q
k, y Jud sintió que s
ver lo que estaba pasando? ¿Cómo podía juzga
mblorosa, Jud
ento,
rió triunfante, mientras Jud se sentía aún más
laban, dejándola con un sabor amargo en la boca. Sabía que tenía que salir de esa situación, que no podía dejar q
e convertía en un grito ensordecedor dentro de ella. El día que había comenzado