/0/14589/coverbig.jpg?v=fc5be4add7bd7e06e54b380be947f743)
Jud Straus, una joven de espíritu libre, se encuentra atrapada en un matrimonio de conveniencia con Mark White, un millonario carismático. Su boda, impulsada por la presión familiar y los negocios, no tenía la chispa del amor verdadero, pero con el tiempo, ambos comienzan a encontrar consuelo y complicidad en su relación.
Jud y Mark se casan en una ceremonia ostentosa, pero la falta de romanticismo es evidente. A pesar de ello, comienzan a construir una vida juntos, compartiendo momentos inesperados de intimidad que desafían el propósito original de su unión.
Ya han pasado 3 años y Jud estaba recordando su vida antes del matrimonio donde deseaba un amor verdadero y mutuo
Cuando de un momento a otro suena la puerta y entra mark como siempre deslumbrando belleza y elegancia, encuentra a Jud distraída le pregunta que tienes pequeña porque estás asi ella responde nada solo estaba pensativa por la fiesta familiar de el fin de semana no es más no te preocupes.
Llega la hora de la cena marc y Jud bajan a comer cuando suena el celular de Marc el se aleja para contestar el teléfono no demora mucho, cuando vuelve le dice a jud que lo disculpe pero tiene un asunto muy importante que atender y añade está vez tendrás que cenar sola y no me esperes despierta tardare un poco.
Jud no dice nada solo ve como el se aleja hasta perderlo de vista, preguntando así misma quien pudo ser tan importante para que el saliera con tanto apuro de casa, Jud termino de cenar y subió a su habitación ya que mañana tendría un duro día laboral.
A la mañana siguiente, Jud se despertó con una mezcla de nervios y emoción. Era un nuevo día como asistente del presidente de Group White, la prestigiosa empresa de Mark. La idea de trabajar con su esposo le gusta asi nadie supiera que eran pareja.
Jud se vistió con un elegante traje que acentuaba su figura, sintiéndose lista para enfrentar el día. Mientras se miraba en el espejo, recordó las complicaciones de la noche anterior; las emociones estaban aún frescas en su mente. Debería ser profesional, pensó, y dejar a un lado cualquier inquietud personal.
Esa mañana, el ambiente en la oficina estaba cargado de rumores, y Jud no tardó en enterarse de que Lauren Stuart, la exnovia de Mark, había regresado a la ciudad.
La noticia llegó a ella como un golpe. Los murmullos de sus compañeros le recordaban que, a pesar de su matrimonio, siempre habría un eco del pasado de Mark que podría amenazar su presente. La imagen de Lauren, con su sonrisa encantadora y su aire de confianza, se instaló en la mente de Jud como una sombra persistente. ¿Qué pasaría si Mark aún sentía algo por ella?
A medida que el día avanzaba, Jud luchó por concentrarse en su trabajo. Las tareas que solían ser rutinarias se convirtieron en un desafío, mientras su mente divagaba hacia el posible encuentro entre Mark y Lauren. Las dudas comenzaron a consumirla sabia que ellos se habían casado por obligación en lugar de amor pero la idea de que Mark pudiera haber amado a Lauren, su primera gran historia de amor, la llenaba de inseguridad.
Al final del día, Jud recibió un mensaje de Mark: "Jud, necesito que nos veamos esta noche. Hay algo importante de lo que hablar". Su corazón se hundió al leerlo. Sabía que la conversación que se avecinaba no sería fácil. Con el estómago revuelto, se preparó para salir.
"Tú no perteneces aquí. Lárgate". Hanna, la hija legítima de Wheeler, regresó sólo para ser expulsada por su familia. Su prometido la engañaba con la hija impostora, sus hermanos la despreciaban y su padre la ignoraba. Entonces, se cruzó con Chris, el formidable líder de la familia Willis y tío de su prometido. "Hagamos como si nunca hubiera pasado", dijo ella. Sin embargo, a pesar de la esperanza de Hanna de separarse, Chris insistió en que fuera responsable. Él amenazó con revelar los verdaderos talentos de Hanna como doctora sobresaliente, guionista brillante y cerebro de un famoso estudio de diseño, obligándola a casarse. Una vez le pidieron a Chris que protegiera a alguien. El destino los reunió en circunstancias delicadas. Él había planeado mantener su promesa y proporcionar un refugio seguro, sólo para descubrir que Hanna estaba lejos de ser la delicada mujer que parecía. Era ingeniosa y astuta...
Era una doctora talentosa de fama mundial, CEO de una empresa que cotiza en bolsa, la mercenaria más formidable y un genio de la tecnología de primer nivel. Marissa, una magnate con una plétora de identidades secretas, había ocultado su verdadera identidad para casarse con un joven aparentemente empobrecido. Sin embargo, en vísperas de su boda, su prometido, que en realidad era el heredero perdido de una familia adinerada, canceló el compromiso, incluso la humilló y se burló de ella. Cuando las identidades ocultas de la chica salieron a la luz, su exprometido se quedó atónito y le suplicó desesperadamente que lo perdonara. De pie, protector ante Marissa, un magnate increíblemente influyente y temible declaró: "Esta es mi esposa. ¿Quién se atrevería a quitármela?".
Ella se casó en secreto con una superestrella; sin embargo, su estado civil se mantuvo en conocimiento público. Ella lo amaba como a un perro, tan leal, tan sin vergüenza, pero él la alejaba constantemente solo por su egoísta razón de tomar venganza contra su madre. Después de su divorcio, ella accidentalmente se acostó con un atractivo desconocido cuyos ojos azules exudaban un atractivo sexual extremo, atrayéndola a una inevitable atracción fatal. Él era tan tranquilo y gentil, prometiéndole la felicidad eterna. "¿Ms. Cathryn Riley, se casará conmigo?" Su expresión era seria y sincera. Los dedos delgados del hombre sostenían una caja redonda de terciopelo rojo muy delicada y hermosa; dentro había un anillo de diamante exquisito. Asustada emocionalmente, ella le respondió, "He sido divorciada una vez. Espero que no me haga divorciar por segunda vez de nuevo." Keith sonrió y respondió suavemente, "Mi mundo nunca se ha centrado en nadie. Pero en los días venideros, mi mundo se centra en ti". Ella estaba tan conmovida que no pudo evitar llorar lágrimas de felicidad. Estar con él le trajo una alegría eterna y su promesa eterna reemplazó su sufrimiento por el matrimonio fracasado.
El marido de Vivianna se casó con ella por su herencia, y después de quitarle todo lo que tenía, la mandó a la cama de un acompañante y le tomó fotos. La amenazó con divorciarse con esas fotos y la obligó a salir de su casa sin un centavo. Dejó su país de origen en desgracia. Cuatro años más tarde, regresó a casa como Jefa de Diseño de Joyas y tuvo un hijo de tres años. Su niño genio le dijo después de bajarse del avión: "¡Conseguiré que el hombre más rico del mundo sea mi papá y te respalde!" Ella lo tomó como una broma, pero dos días después, su asistente le dijo que el hombre más poderoso del mundo se había robado a su hijo y la invitó a cenar. Al encontrarse, ese hombre sostuvo a su hijito y le dijo dominantemente: "Es mi hijo!".
Anoche pasé una noche erótica con un desconocido en un bar. No soy una mujer al azar. Hice esto porque estaba muy triste ayer. El novio que había estado enamorado de mí durante tres años me dejó y se casó rápidamente con una chica rica. Aunque actúo como si nada hubiera pasado delante de mis amigos, estoy muy triste. Para aliviar mi estado de ánimo, fui solo al bar y me emborraché. Accidentalmente, me encontré con él. Él es más que atractivo e increíblemente sexy. Como el deseo controlaba mi mente, tuve una aventura de una noche con él. Cuando decidí olvidarme de todo y seguir adelante, descubrí que mi aventura de una noche se convirtió en mi nuevo jefe. Un tipo posesivo.
Durante diez años, Daniela colmó a su exesposo de un amor inquebrantable, solo para descubrir que no era más que un chiste para él. Humillada, pero decidida, se divorció de él. Tres meses después, Daniela regresó a lo grande. Ahora era la CEO oculta de una marca líder, una diseñadora codiciada y una rica magnate de la minería, y su éxito se reveló en su triunfal regreso. Toda la familia de su exesposo se abalanzó sobre ella, desesperada por implorar su perdón y suplicar otra oportunidad. Sin embargo, Daniela, ahora querida por el famoso Sr. Phillips, los miraba con gélido desdén y dijo: "Estoy fuera de su alcance".