eza que la invadía. Sabía que estaba a punto de asistir a una reunión familiar en casa de los abuelos de Mark, la abuela Tina
er una apariencia de normalidad, al menos por un día. No quería que sus problemas afectaran a
ina, riendo y charlando, y Jud sintió un pequeño cosquilleo de nostalgia. Recordaba cómo cada reuni
dose con los brazos abiertos. Jud la abrazó con fuerza, sintiendo l
tratando de que su voz no tembla
ada. Sin embargo, no podía permitir que eso afectara su día. La comida se sirvió, y Jud se sentó a la mesa, rodeada de ris
lidad. En un momento, sus ojos se encontraron, y sintió que el mundo se detenía. La preocupación en su mirada le recordaba lo que estaba en juego,
rtante en la calidez de su amor, y Jud sintió una pequeña chispa de felicidad. Sin embargo, esa felicidad estaba teñida de tristeza. L
ento al jardín. Necesitaba un respiro. La luna brillaba en el cielo, y el aire fresco le trajo
mento de soledad. Él se acercó, su expre
itar que una lágrima se deslizara por
de consuelo y dolor. "Sé que estás pasando por un momento d
a conversación interrumpiera el poco tiempo que le quedaba antes de toma
suelo. "Quiero lo mejor para nosotros, pe
nexión entre ellos. La lucha interna continuaba, y la decisión de divorciarse pesaba sobre su corazón, pero por un instante,
e encogía. "Gracias por la cena, estuvo deliciosa," dijo, abrazando a Tina y John. Sus ojos brillaban
sus pensamientos, y Jud se preguntó si él también sentía el peso del fin inminente. La luz de
ía. Jud se dejó caer en el sofá, sintiendo que el cansancio la arrastraba hacia la realidad. Cada objeto a s
dola con preocupación. "Jud, ¿quieres hablar
rte. "No sé si hay mucho más que decir," respondió, su voz apenas u
acercó, su expresión mezc
iero divorciarme," confesó, sintiendo que cada palabra
si absorbiera el golpe. "No... por favor, no digas eso. Estoy dispuesto a
amor no es suficiente. No quiero que nos hagamos más daño.
ón y el dolor dibujándose en su rostro.
o la decisión por su propio bienestar, el amor que aún sentía por él la mantenía atrapada. "No sé si
ark, necesito tiempo. Quiero pensar las cosas con claridad, pero... f
e estaba al borde de un precipicio. La realidad que le esperaba era dura y crud
mejor sería ir a su habitación. "Voy a descansar
a sí misma, dejando que las lágrimas fluyeran. El futuro se sentía incierto, pero dentro de su dolor, también había u