s que la atormentaban. La noticia del matrimonio arreglado había sido un golpe inesperado. Aunque siem
mientos. Miró la pantalla y vio el nombre de Mark, su
ijo, intentand
omiso -dijo él, su voz llena de una mezcla
-Sí, es verdad. Pero no es lo
dea de perderte para siempre. Déjame verte
s. -Mark, esto es difícil para mí también. Pero ahora
sistió Mark-. Solo un
hablar -accedió Susan, sabiendo que ne
lan, Clara, estaba extasiada con la noticia del compromiso. Había soñ
erido que encuentres a alguien que te comp
rocesando todo esto -respondió Dyl
o en su teléfono. Su rostro se torció en una mueca de furia y desesperación. Con su trastorno bipolar
pretando el teléfono con fuerza-. D
na, Susan accidentalmente dejó caer un plato. Dylan se apresuró a ayudarla, y en el proceso, sus manos se rozaron. Am
oz temblorosa, sin apartar la
él, su tono más suave de
cina, rompiendo la tensión. Sin embargo, el breve
rada. Emma estaba en la puerta, con los ojos desorbi
aquí? -preguntó
clamó Emma, avanzando hacia él-. ¡Ella
erminamos por otras razones -dijo
permitir que esto suceda. Haré lo que sea necesario p
y preocupación. Sabía que Emma no estaba en su
está bien -dijo con firmeza-. Po
y marcharse, murmurando para sí misma. Dylan cerró la puerta
partido con Dylan en la cocina. Sus emociones estaban alborotadas, y la ince
que estaban en el umbral de un viaje complicado. Y aunque los fantasmas del pasado a