img Idilio de amor, entre tres hombres.  /  Capítulo 4 ¿Es cierto lo que se dice de ustedes | 80.00%
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Historia

Capítulo 4 ¿Es cierto lo que se dice de ustedes

Palabras:1104    |    Actualizado en: 03/03/2024

ardo se sorprendió al ver a Laura y ella aprovechó la situación, diciéndole con tono divertido: "¡O

s mientras el hombre que se dirigía al baño se quedó mirando. Se detuvo frente a la puerta, bromeando con Ricardo sobre l

de aterrizar. Ricardo notó que Laura seguía dormida, así que se inclinó y comenzó a abrocharle el cinturón de seguridad. En ese momento, Laura se despertó de golpe y Ricardo se disculpó rápidamente: "Lo siento, no quería

abeza y responde: "Sí, desde que nací". Laura sonríe con picardía y le dice: "Entonces, ¿es cierto l

res muy responsables", mientras le aprieta suavemente la entrepierna. Ricardo sonríe con orgullo y le propone: "Si quieres, pue

Ricardo le sugiere: "Perfecto, entonces ven conmigo a mi casa. Me encargaré de llevarte a donde necesites y luego te daré un tou

lo esperaba en la entrada con el equipaje de ambos. De repente, aparece un Ferrari deportivo descap

, ¿qué esperas

hacia el centro de Ciudad Star. La vista era increíble, con una fila de edific

anta belleza: "¡Wow! ¡Nunca he

ol, ahí es cuando ves la verdad

pectacular!",

tour por la ciudad, hay o

ce Ri

al ascensor y juntos llegan al décimo piso. El departamento era sencillo pero elegante, con una decoración minimalista pero muy bonita. Las paredes

casa, voy a dejar el equipaje en la habitación." Ella a

ero darme un baño y cambiarme

na y una mala noticia", rascándose

jo: "La

olo hay una habit

na?", preg

ue compartir cam

acción, Ricardo bromeó: "Si crees que estarás incómoda

ere incomodar eres tú", re

y yo nos portaremos bien, no te pre

o lo mismo de mi p

só y le dijo: "Bueno, seguro tienes hambre. Ve a arreglarte

simple y quedarnos a descansar. No qu

or atención. Eres mi invitada, así q

nces iré a prepa

s algo, solo llámame

ma era grande y estaba cubierta con un edredón azul. Había una mesita de noche que salía de la pared, con un c

la habitación que estaba frente a la de Laura, que resultó ser un gimnasio, y empezó a sudar la gota gorda con su rutina de ej

n, con un cuello alto, pendientes dorados que caían como cascadas por sus hombros, el pelo recogido con algunos ri

a boca abierta, diciendo: "Wao, ¡es

dijo: "Gracias. Ahora, ya pue

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