la bebé en la recepción con el mensaje de que es su hija. Le dio una carta a Rafaele y ella trajo al bebé en
nfuñó un poco. - ¿Mi hija? Catarina asintió con firmeza. - Quiero ver la
el corazón acelerado. ¿Cómo pude s
rosos y emocionados. Terminé asintiendo con la cabeza en señal de acuerdo. Esto no podía ser real... Desd
gré leer la primera frase. La niña en la canasta dejó escapar un pequeño grito y luego un grito fno y fuert
ue algo en esa canasta la hubiera lastimado. Catarina esbozó una s
orazón, que ni siquiera sabía que ha
tarina dijo eso, miré dentro de la canasta y vi una mochila lila muy sencilla. Al costado de la bolsa había una botella de leche. Del inter
una pesadilla, ¿verdad? Pronto despertaría y todo sería exactamente
carta nuevamente y las palabras saltaron hacia mí, diciéndome todo lo
padre se desesperaba, pero tuvo todo el embarazo para acostumbrarse. L
sentí fue que me habían arrojado una bomba en las manos. No tuve nu
oco después. - ¡Está tranquila, dulce! - comentó la secretaria deteniéndose frente a mi escritorio. Ella Fra
r manera de acostumbrarse a la idea es empezar a aceptarla. Sostén a la
o mejor que pude para que encajara allí. Todavía estaba muy suave y tenía miedo de que se rompiera, así q
mío. Cabello negro, piel morena, pero pude ver que pronto me sonrojaría más, avanzando hacia un tono más
o, mientras ella me miraba con una sonrisa torcida y temblorosa aparec
y felicidad era mía. E instintivamente supe en mi corazón que amaría mucho a esa niña. Y entendí que, i
a Alice cuando ella tenía poco
i corazón se derritiera. Era amig
despidieron, pero con su ayuda conseguí la cita que necesitaba para cuidar a la pequeña. Necesitaba pasar
a esa dulce niña. Prácticamente he seguido su crecimiento durante los ú
ve la oportunidad de conocerla y jugar con ella, principalmente porque siempre jugaba con Davi en el patio de recreo. Los tres terminamos co
a mi vínculo, ella t
verlo a menudo incluso si quisiera. Sonreí y acaricié su rostro. - ¿Prometes que no me olvidarás? - dije c
bién te recordaré. - Cayeron unas cuantas lágrimas y me aparté para mi
en la casa de David. Tuve que alquilar una pequeña habitación con lo básico que necesitaba, con cocina
algunos ahorros ahorrados. Me estaba organizando para sacar mi licencia para trabajar en Uber y tener alg
, diferente a la que tenía desde n
ocería esa voz, aunque no quisiera, mis piernas se sentían débiles al ver a este hombre desde la primera vez que lo vi. - ¿Hablo con Eduarda Sa
Tuviste una entrevista con Sabrina la semana pasada, de la agencia d
l igual que yo necesito a alguien que sea tan bueno con los niños. ¿Estás disponible para comenzar la expe
rabajar en la casa de Borges, dond
o completo y mis días libres estar