ITU
e agua y energía, cada hora que pasaba aumentaba el costo de vida, la situación empeoró a un ritmo muy rápido, científicos de todo el mundo trataron de venir a estudia
or la forma de caminar de la gente se les podría llamar fanáticos aun así, siguieron caminando, no me retracté de la idea, aunque por la luz parecía una locura, mientras se acercaban era imposible no notar la enorme Bmw perteneciente al magnate de los inquilinos en ese lugar, todos conocían a Bruno y su trato por dinero, era famoso en todo el mundo, la casa más cara y más hermosa del lugar era suya, a Rose le resultaba extraño por la hora del día y también el vacio, porque donde estaba s
er muy sufrida, metida en los escándalos del marido que siempre la engañaba, decían que todos sabían que estaban en bancarrota menos ella, que seguía aguantando las locuras de su marido por las hijas, cosa que ninguna mujer en lo
culto satánico, incluso un un poco asustado su curiosidad habló más fuerte y decidió quedarse allí en un intento de escuchar algo, disimulando que no aguantaba más esperar porque había pasado más de una hora
vio claramente que el humo salía de donde ellos estaban, un humo denso y pesado al punto de ser palpable, tan pesado que no podía ponerse de pie, poco a poco sintió un peso doblando su cuerpo, haciéndolo arrodillarse y luego cayendo en cuatro patas, eso fue muy extraño, no entendía, miró hacia adelante los dos estaban arrodillados normalmente, no parecían sentir lo mismo que él sentía, un calor se apoderó de su cuerpo, creía que estaba teniendo un ataque, no se percataba de esa sensación, sentía ira y miedo por lo que en su mente palpitaba un pensamiento "ve hacia ellos y derríbalos de una patada hasta el final de todo", le molestaba ese pensamiento irracional, pero no podía. No lo d
ús te
al auto desesperado, se sentía ligero por dentro y por fuera, pero no asimilaba ese bienestar, esa era una buena sensación de paz que nunca había logrado en sus diversos tratamientos, él llegó a su casa atónito, sin creer
as horas arrodilladas, el peso del humo que lo hizo agacharse mientras ellas seguían igual, había un misterio en ese lugar, algo que lo asustaba y lo excitaba de tal manera que apenas podía contenerse; Estaba pensando en cómo descifrar ese amanecer, esas dos mujeres. Se sentía avergonzado pensando específicamente en Rose y el delicioso olor de su cabello que lo envolvía, realmente había algo diferente en ella, algo que le llamaba la atención, el contacto físico era extraño para él y sentir ese abrazo calentando su cuerpo despertó su necesidad
Bruno salía a correr, pero se iba a la cama