Instalar APP HOT
Inicio / Hombre Lobo / ¿Aceptas lo que soy?
¿Aceptas lo que soy?

¿Aceptas lo que soy?

5.0
1 Capítulo
200 Vistas
Leer ahora

Acerca de

Contenido

Hanna Bastem, es una mujer lobo que está enamorada de su jefe. Mateo Handrick es un humano con demasiados problemas de ego, multimillonario y jefe de un sector de la mafia dominante en la ciudad de Nueva York, quien siente lo mismo por su secretaria. Saben que se gustan, pero que su amor, es algo sumamente prohibido, más para Hanna, quien oculta su verdadero ser. Mateo está casado con Emma, mujer que lo ha acompañado durante un gran tiempo en su vida, pero que tiene ciertos secretos oscuros. La ciudad está atravesando una serie de hechos que llevan al caos y a la incertidumbre sobre quien manda en Nueva York. ¿Los mafiosos? ¿Los lobos? ¿O los vampiros evolucionados? ¿El amor lobo y humano es posible?

Capítulo 1 Jefe y secretaria.

-Tú tienes que hacer lo que yo digo, de lo contrario, tu final será trágico. ¿Me has escuchado? - Dice Mateo Handrick con total furia a una de las personas que tiene amenazada.

Corta la llamada permitiendo mediante una seña, el paso de su hermosa secretaria, Hanna Bastem, a su oficina.

Mateo odia que lo interrumpan cuando está amenazando o dirigiendo a sus empleados, pero no es el caso cuando Hanna aparece, ya que tiene un trato especial para con ella.

Respira profundo, suelta su pelo y mientras Mateo está dado vuelta mirando hacia fuera, disfrutando de la vista de la gran ciudad, desabrocha su blusa blanca con botones, dejando que se vean un poco sus pechos.

-Estoy aquí señor, ¿Qué necesita de mí? - Acomoda nuevamente su cabello.

No puede ocultar sus inoportunos nervios.

Mateo voltea y mira fijamente a sus pechos, quedando tildado por unos milisegundos, haciendo que ella se ponga aún más incómoda, pero es lo que buscaba.

Luego de unos segundos reafirma su postura.

-Siéntate, por favor. Quiero hacerte unas preguntas.

Corre la silla para que ella se siente.

-Sí, pregúnteme señor. ¿Hice algo? -Aprieta sus puños bajo la mesa un poco miedosa.

-¿Tú has estado coqueteando con el jefe de seguridad? Me han llegado ciertos rumores de ello. Tú sabes que no es muy bueno estar con alguien del trabajo, ya que puedes generar mal clima laboral si hay alguna pelea o lo que fuere.

Mateo se saca su saco y su corbata y los tira, dejándolos reposar en el sofá situado al costado de la oficina, sentándose en la punta de la mesa, muy cerca de Hanna.

-No señor, ni si quiera me parece lindo ese muchacho, siempre ha inventado cosas de que estuvo con ciertas chicas en la empresa, pero yo nunca lo tocaría, ya que tampoco es mi tipo. -Titubea un poco.

-¿No me estás mintiendo? ¿Segura?

Se acerca aún más, casi arrodillándose frente a ella con la mirada fija en su boca.

-No señor Handrick, le juro que no. Es más, no me llevo muy bien con él. Tenemos nuestras ciertas diferencias. - Traga saliva preocupada.

-Está bien, igualmente lo sé, pero tenía que confirmarlo teniéndote frente a frente, así no se me escapa nada. Te creo. -Truena sus dedos con una sonrisa un poco malévola.

-Juro que no le miento. - Se desespera un poco.

-Sé que no. Y por favor, deja de llamarme señor, para ti soy Mateo. Puedes actuar como eres, porque eres mi preferida.

Se detiene muy cerca de su boca cual galán y de repente desabrocha los últimos botones de la blusa blanca de Hanna, que muy sexy le queda, mientras ella se acomoda su pelo aumentando su calor corporal. El momento de tensión sexual aumentó mucho más al momento en el que él apoyó sus manos en las piernas de Hanna, acariciándola suavemente, de arriba hacia abajo, sucesivamente.

-¿El viernes quieres venir a trabajar de noche? Te necesitaré. -Le pregunta con total seguridad.

Ella, algo dubitativa, tomándose unos segundos, al saber que el viernes hay luna llena, responde titubeando:

-Es que no sé si podré a la noche, tengo planes con mi familia. - Intenta evadir la propuesta, mientras desliza su mano por todo el pecho de Mateo admirando sus pectorales.

De repente, todo se interrumpe.

Tocan la puerta.

Desesperados e incómodamente, dejan lo que están haciendo para arreglarse. Ella se abrocha, y él, sentándose nuevamente en la punta de la mesa eleva su voz para preguntar:

-¿Quién es?

Mira fijamente la puerta enojado por la interrupción.

-Soy yo señor, usted me ha mandado a llamar hace un rato. - Dice Phil entrando a la oficina muy serio también al darse cuenta que allí estaba Hanna, de quien estuvo inventando cosas.

-Ven, acércate, tú puedes retirarte, después retomaremos lo que estábamos hablando. - Le guiña el ojo.

Se retira de la habitación, cerrando suavemente la puerta, quedándose a escuchar tras ella.

-Dígame jefe.- Posiciona sus manos atrás en señal de respeto.

-Has estado haciendo muy bien tu trabajo últimamente, pero quiero que seas más rudo con esas personas que no nos pagan a tiempo, haz que lo hagan sí o sí, prométemelo y tendrás el gran aumento de sueldo que estás anhelando.

Phil lo mira sin entender como su jefe hizo para enterarse de su anhelo.

-Sí, no me mires así, acuérdate que yo me entero todo y tengo oídos en toda la mansión. Ah, y una cosa más, trata de alejarte de Hanna, tú sabes por qué.

Hanna seguía escuchando todo lo que pasaba dentro de la oficina, pero no puede entender como le dará un aumento de sueldo ya que pensaba que el jefe ya no quería más a Phil. Sorprendida, decide esconderse antes de que salga de la oficina.

Phil se aleja unos pasos, y ella vuelve a su sector cuando de repente, ve que a la derecha del pasillo aparece la esposa de Mateo tomándose la panza un poco preocupada deteniéndose a su lado.

-¿Mateo está aquí? - Señala la puerta.

-Si señora Handrick, está allí, está un poco de mal humor, no lo altere más, por favor.

Emma, esposa de Mateo, mira fijamente el pelo de Hanna, y curiosa pregunta:

-¿Por qué tienes el pelo un poco revuelto? Si sabes que tienes que venir a trabajar con el pelo recogido, acuérdate de la imagen.

Hanna sonríe de forma sarcástica y responde:

-Es que estaba por arreglarme otra vez, estaba por ir al baño a hacerlo. No se preocupe. Bueno, la dejo sola con su marido. ¿Usted está bien?

-No, pero no te incumbe, ya te enterarás seguramente, tú siempre te enteras.

Emma la rebaja con la mirada, con una actitud totalmente hostil hacia ella y avanza.

-Amor, amor, tenemos que hablar. Cierra la puerta con llave asustando un poco a Mateo.

-¿Qué mierda ha pasado ahora? ¿Por qué te tomas la panza así?

-¡Estoy embarazada! -Agranda los ojos con emoción.

-¿Qué? ¿Estás bromeando? - Pregunta realmente impactado.

-Si amor. Al fin lo hemos logrado, ¡ahora sí vamos a tener un hijo!

MATEO:

Mucho tiempo hemos buscado junto a mi esposa poder tener un bebé, que poco a poco he ido perdiendo las esperanzas porque todo salía realmente mal, cada intento me frustraba, lo que he terminado perdiendo el deseo de ser papá por primera vez a mis casi treinta y tres años. Estoy poco a poco enamorándome de mi secretaria, Hanna, quien me parece una chica sumamente interesante, cada vez que estoy al lado suyo, me gusta aún más. No puedo creer que ahora, justo en este momento, donde creía que ya puedo cambiar un poco el rumbo de mi vida y dejar a mi esposa de una vez por todas, aparezca esto. Sé que los tratamientos podrían haber llegado a dar sus frutos con el tiempo. Aunque soy multimillonario, he podido aprender, mediante tanta atención que le he puesto a todos esos papás que cuidan sumamente bien a sus hijos, que el día que tenga mi hijo, crecerá en un ambiente donde no le faltará nada, pero al mismo tiempo es peligroso por todas las cosas en las que he estado involucrado ya que soy el jefe de una empresa que tiene dobles intenciones en el mercado. Aportamos muchísimo para el crecimiento de la ciudad de New York, con nuestro negocio de autos, pero todos esos fondos que no podemos declarar ante lo legal, provienen de aprietes a personas que cuyos negocios, no son legales tampoco, pero que para no delatarlos, ellos nos pagan una buena fortuna. Todo este tiempo estuve implicado en hechos donde la policía, no intervino de la mejor forma, ya que han estado sobornados por nosotros. Tenemos la ciudad bajo nuestro control, pero temo que a medida de que vaya desviando mi atención por tener un hijo, todo eso cambie y perder todo lo que he construido.

-------------------

-No puedo creerlo, ¡al fin pudimos amor! -Retoma la conversación luego de un momento donde se paralizó.

Mateo intenta mostrarse feliz haciendo un gran esfuerzo para no verse molesto con la situación. La abraza apoyando su mentón en el hombro de ella, largando un suspiro imperceptible para Emma, quien de todas formas, siente raro el abrazo de su esposo.

-Vamos a cuidarlo de la mejor manera. Pero igualmente, tengo que seguir unos cuidados especiales. ¡Vamos a ser los mejores papás del mundo!

-Lo seremos, o por lo menos, lo intentaré.

Seguir leyendo
img Ver más comentarios en la APP
Recién lanzado: Capítulo 1 Jefe y secretaria.   02-15 21:12
img
MoboReader
Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY