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En el año 2038, mi vida era un refugio digital. Como "Puente del Sur de Bambú" en "El Sueño del Guerrero", ocultaba mi belleza real detrás de un avatar feo, buscando ser valorada por mi lealtad y habilidad, no por mi apariencia. Durante tres años de misiones y "noches" virtuales, creí que mi compañero, el invencible "Guerrero de Fuego" (Héctor en la vida real), sentía lo mismo. Pero, con el regreso de su exnovia, "Princesa Dulce", Héctor me descartó. Primero, con un frío "Te he estado esperando" dirigido a ella, y luego, con la despiadada revelación: "Solo estaba pasando el rato mientras esperaba que Ximena volviera". La humillación pública fue devastadora: expulsada del gremio, nuestra relación disuelta forzosamente, y su nueva propuesta de pareja anunciada en todo el servidor, mientras yo miraba, impotente. En la vida real, como ilustradora "S. R.", fui despedida por el propio Héctor, quien ni me reconoció. ¿Cómo era posible que el hombre que juró amarme, pudiera despreciarme de tal manera en ambos mundos? ¿Qué hice para merecer tanta crueldad? La burla se intensificó cuando Ximena, para robarme una valiosa armadura que creé, me acusó falsamente de robo, con Héctor presenciando y creyéndole. Fue un despertar brutal, una lección dolorosa. En ese instante, rompí todo lazo con ellos. Era hora de que "Puente del Sur de Bambú" se levantara de las cenizas.