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Era Sofía, la sencilla pastelera de Oaxaca, con mi cicatriz y mis gafas anticuadas, escondida en las cocinas de "Sabor Capital", el restaurante de mi prometido, Mateo. Nadie sabía que en realidad era Sofía Corona, la heredera encubierta del imperio Mezcal Corona, aquí en una misión secreta para mi abuelo. Pero mi fachada se derrumbó el día que Mateo trajo a Isabella, una "influencer" deslumbrante, presentándola como su nueva pasante. Pronto, Isabella, con su incompetencia y manipulaciones, no solo se ganó el favor de Mateo, sino que me humilló públicamente, logrando que él me degradara a simple ayudante y la nombrara a ella directora culinaria. Mi amor por Mateo se hizo cenizas cuando me acusó, basado en sus mentiras, del desastre de un banquete crucial, e incluso me entregó a la policía por un crimen que no cometí. Lo peor fue cuando me miró con desprecio y dijo: "Sé quién eres... la hija de la mujer que arruinó a mi familia", una cruel invención que sentí como una bofetada. Pero en esa celda fría, liberada por mis verdaderos aliados, comprendí que el juego había cambiado, y la dulzura de la venganza sería mi próximo plato.