¡¿Te estas acostando con ella?! – grite al tiempo que tiraba todo lo que estaba en la mesa - Respóndeme! ¡!Maldita sea!!
Su mirada calmada en medio del desastre inminente que se aproximaba, solo aumentaba más mi ira y mi dolor, como podía permanecer tan impasible en medio del caos que me embargaba.
¡¡Responde!! – el sonido del vaso que acababa de tirar hizo eco en la cocina – Ten la valentía de asumirlo en mi cara!
- Estás loca – fue lo que pronuncio de forma calmada antes de intentar abandonar el lugar
Estas palabras terminaron haciendo eco en mi cabeza, resonando en lo mas profundo de mi ser, a eso me reducía, a que todo lo que había estado ocurriendo las últimas semanas solo eran producto de mi imaginación.
No se en que momento me abalance sobre él y termine golpeando su pecho, en medio del llanto y el dolor gritaba que me dijera la verdad, que fuera sincero conmigo.
En mi mente pasaban todos los recuerdos juntos, la vez que nos reencontramos, nuestro primer café, las sonrisas, las noches durmiendo abrazados o amaneciendo teniendo sexo, los desayunos compartidos, las navidades, nuestras primeras compras para la casa y al final estaba ella, su rostro, ella era la segunda persona en la que más confiaba, había sido mi familia, la consideraba mi "madre".
¿Cómo habíamos terminado en esta situación?
De pronto sentí como me tomo de los brazos con fuerza, me puso a la altura de sus ojos y sin expresión en el rostro ni en los ojos pronuncio
– Esto acaba aquí –
El silencio se instauro, así acababan siete años de mi vida y de su vida.
Sentí el piso en el momento en el que me soltó y caí como un saco de piedras que acababa de ser arrojado.
¿Es por ella? – susurre, viendo como me daba la espalda y se alejaba
No respondió nada y siguió caminando, jamás había sido tan frio conmigo, en ese momento me abrazo la calidez del charco de sangre que empezó a formarse bajo mi palma, dirigí mi rostro a mi mano solo para darme cuenta que me había incrustado un pedazo de vidrio de los vasos que había roto.
Sonreí con ironía, era la metáfora mas acertada para el momento, en medio de todo el caos que había formado solo yo había salido lastimada.
Escuche como sus pasos se aproximaban y la esperanza de que vendría aclararlo todo con un botiquín para ayudarme a limpiar la herida como otras veces, empezó a tranquilizarme.
Cuando creí que atravesaría la puerta para encontrarme, escuche como la puerta principal era abierta y cerrada con fuerza.
El silencio termino de acompañarme, me levante hacia la ventana sin creer que se estaba yendo, solo para verlo en medio de la noche, con un bolsón de mano siendo abrazado por alguien.
Era ella.
Estaban abrazados
Y ella llevaba su abrigo.