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Entre destinos opuestos

Entre destinos opuestos

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Marina Velasco, una joven valiente y resiliente, se encuentra al borde del abismo después de enfrentar una serie de tragedias que la dejan sin trabajo, hogar y sumida en la pobreza. ¿Qué destinos inciertos la aguardan en las sombras de la desesperación? En busca de un nuevo comienzo, acepta un trabajo en la empresa de Alexander Díaz, un magnate empresarial con una fortuna incalculable y una presencia imponente. ¿Qué oscuros secretos esconde este enigmático hombre de negocios? El choque entre dos mundos opuestos desencadena una trama de intrigas y conexiones inesperadas. ¿Cómo puede la vida de Marina, marcada por la escasez, entrelazarse con la de Alexander, un hombre arrogante y perfeccionista, en el tumulto del mundo empresarial? A medida que sus caminos se cruzan, una chispa de conexión surge, desafiando todas las expectativas. ¿Qué fuerzas invisibles los unen en medio de este choque cultural? Sin embargo, el destino les depara un desafío aún mayor. Marina descubre que está embarazada de Alexander, un secreto que decide guardar celosamente. ¿Qué misterios motivan su decisión de mantener esta verdad en la penumbra, atormentada por el miedo a perderlo y las complejidades de su relación laboral? La intriga se intensifica, añadiendo una capa de misterio a la creciente conexión entre ambos. A lo largo de la historia, el amor entre Marina y Alexander se desarrolla en las sombras, enfrentándose a los demonios internos de cada uno y superando las barreras sociales que amenazan con separarlos. ¿Cómo puede este amor florecer en medio de una sociedad que juzga según la posición económica y las expectativas preconcebidas? Las diferencias económicas plantean desafíos, pero su conexión persiste, desafiando las convenciones sociales establecidas. Años después, cuando el destino los vuelve a unir, los secretos enterrados en el pasado resurgen, arrojando luz sobre la complejidad de su historia. ¿Qué revelaciones impactantes aguardan en el tejido de sus vidas entrelazadas? La intensidad del drama se eleva cuando la revelación del hijo oculto lleva a Marina a una encrucijada. ¿Qué elecciones cruciales tomará entre revelar la verdad y enfrentar las consecuencias, o mantener su secreto y arriesgarse a perderlo todo?.

Capítulo 1 Un nuevo comienzo

Marina Velasco se despertó con el sonido de su despertador, que marcaba las seis de la mañana. Se levantó de la cama con dificultad, sintiendo el peso de la realidad sobre sus hombros. Miró a su alrededor y vio el pequeño y humilde apartamento que compartía con su hermana Bella, en una zona marginal de la ciudad. Las paredes estaban desconchadas, el mobiliario era viejo y escaso, y el baño apenas funcionaba. Marina suspiró y se dirigió a la ducha, tratando de olvidar por un momento sus problemas.

Hacía seis meses que había perdido su trabajo como secretaria en una empresa de publicidad, debido a la crisis económica que azotaba al país. Desde entonces, había buscado infructuosamente otro empleo, enviando su currículum a decenas de lugares, pero sin recibir ninguna respuesta positiva. Su situación se había agravado cuando su padre, que trabajaba como taxista, había fallecido en un accidente de tráfico, dejando a su familia sin su principal sustento. Su madre, que padecía de una enfermedad degenerativa, había entrado en una depresión profunda y había sido internada en un hospital psiquiátrico. Marina y Bella se habían quedado solas, sin nadie que las ayudara.

Marina se secó el cabello con una toalla y se vistió con la ropa más decente que tenía, un traje gris que le quedaba un poco grande. Se miró al espejo y trató de arreglarse el cabello, que era castaño y lacio, y maquillarse un poco los ojos, que eran marrones y expresivos. No era una mujer fea, pero tampoco se consideraba bonita. Su rostro era delgado y anguloso, con unos rasgos marcados que le daban un aire de seriedad. Su cuerpo era esbelto y atlético, fruto de su afición al deporte. Sin embargo, Marina no se sentía atractiva, sino más bien invisible. Su vida no le había dado muchas oportunidades de sentirse deseada o admirada.

Salió de su habitación y se encontró con su hermana, que estaba preparando el desayuno en la pequeña cocina. Bella era dos años menor que Marina, pero parecía mucho más joven. Tenía el cabello rubio y rizado, los ojos azules y una sonrisa radiante. Su rostro era redondo y dulce, y su cuerpo era curvilíneo y voluptuoso. Bella era una mujer hermosa, que atraía las miradas de los hombres por donde pasaba. Sin embargo, era también una mujer inocente y bondadosa, que no se dejaba engañar por las apariencias. Bella trabajaba como cajera en un supermercado, y era la única fuente de ingresos de la familia.

- Buenos días, hermanita - la saludó Bella con alegría -. ¿Cómo has dormido?

- Bien, gracias - mintió Marina -. ¿Y tú?

- Bien también. Te he preparado tu desayuno favorito: tostadas con mermelada y café con leche.

- Eres un sol, Bella. No sé qué haría sin ti.

- Lo mismo digo, Marina. Eres la mejor hermana del mundo.

Las dos se abrazaron y se sentaron a la mesa, donde comieron con apetito. Marina le contó a Bella que tenía una entrevista de trabajo esa mañana, en una empresa de renombre. Se trataba de la empresa de Alexander Díaz, un magnate empresarial que poseía una fortuna incalculable y una presencia imponente. Marina había conseguido la entrevista gracias a Daniel Serrano, un antiguo amigo de la familia que trabajaba como asistente personal de Alexander. Daniel le había dicho que había una vacante para el puesto de secretaria ejecutiva, y que le había recomendado a Alexander que la entrevistara.

- ¿Estás nerviosa? - le preguntó Bella.

- Un poco - admitió Marina -. No sé si estaré a la altura. Es una oportunidad única, pero también un gran reto. Alexander Díaz es un hombre muy exigente y perfeccionista, según me ha dicho Daniel. No tolera los errores ni las excusas.

- Pero tú eres una mujer muy inteligente y capaz, Marina. Estoy segura de que te irá bien. Además, tienes mucha experiencia como secretaria. Has trabajado en varias empresas, y siempre has recibido buenas referencias.

- Sí, pero ninguna como esta. Esta es la empresa más grande y prestigiosa del país, y quizás del mundo. Es una empresa que se dedica a varios sectores, como la construcción, la energía, la tecnología, la comunicación, el transporte, la salud, la educación, la cultura, el deporte, la moda, el arte, la filantropía... No sé si seré capaz de seguir el ritmo.

- Claro que sí, Marina. Tú puedes con todo. Eres una mujer valiente y resiliente, que ha superado muchas adversidades. No dejes que el miedo te paralice. Confía en ti misma, y verás como todo sale bien.

- Gracias, Bella. Eres muy amable y optimista. Ojalá tuviera tu actitud.

- La tienes, Marina. Solo tienes que creer en ti. Y recuerda que yo siempre estaré aquí para apoyarte y animarte. Te quiero mucho, hermanita.

- Yo también te quiero, Bella.

Las dos se levantaron y se despidieron con un beso. Marina cogió su bolso y salió del apartamento, dispuesta a enfrentarse al mundo. No sabía que ese día cambiaría su vida para siempre.

Marina caminó por las calles de la ciudad, sintiendo el contraste entre su realidad y la de los demás. A su alrededor, veía edificios modernos y lujosos, coches caros y elegantes, personas vestidas con trajes y joyas, tiendas y restaurantes de alta gama. Todo le parecía tan lejano e inalcanzable, como si perteneciera a otro mundo. Un mundo al que ella no tenía acceso, ni siquiera como espectadora.

Llegó a la parada del autobús y esperó pacientemente a que llegara el que la llevaría a su destino. Mientras tanto, revisó su teléfono móvil, que era un modelo antiguo y deteriorado, y vio que tenía un mensaje de Daniel. Le deseaba suerte y le recordaba la dirección y la hora de la entrevista. Marina le agradeció y le dijo que estaba nerviosa, pero que haría lo mejor posible. Daniel le respondió que confiaba en ella y que no se preocupara, que todo saldría bien.

El autobús llegó y Marina subió, pagando el pasaje con las pocas monedas que le quedaban. Se sentó en un asiento vacío y miró por la ventana, viendo cómo el paisaje cambiaba a medida que se alejaba de su barrio. El autobús estaba lleno de gente, de todo tipo y condición, que iban a sus respectivos trabajos, estudios o quehaceres. Marina se preguntó qué historias tendrían cada uno de ellos, qué sueños, qué problemas, qué esperanzas. Se preguntó si alguno de ellos se sentiría tan perdido y desesperado como ella.

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