o de las re
ic
mo un gigante, se desliza por el suelo y emerge de la pared en la que estaba recluida. En ella hay pequeñas celdas, agujeros circulares
u recién nacido. Con sumo cuidado la acerca a uno de los huecos que hay en la gigantesca placa metálica. La esfera reacciona ante su proximidad, brilla con más fuerza y, cuando roza con el met
como los océanos, y sus ojos, menudos y negros, están hundidos. Su larga barba, tan blanca como la
. Está oscura, iluminada levemente por antorchas que cuelgan de los soportes de la pare
edra-. Sí, sé lo que estaréis pensando. Estáis pensando que se trata de un nombre misterioso, ¿no es así? El nombre de un lugar importante. Y sentís curiosidad por lo que os aguarda en las próximas páginas... Pues bie
r la vista atrás-. Sí, sí, seguro que sí. O que «las modas regresan», o que «el curso del tiempo es cíclico». Pu
verdades universales, y muy pocos han llegado a entenderla y aceptarla en todo su significado. La historia es una gran rueda que gira y gira, que nunca se detiene. Y vosotros e
ge una y la introduce en una cerradura que hay en la pared. De la misma forma en que ocurrió antes, una gigantes
e cerca-. Desde los hombres de las cavernas que inventan historias sobre las constelaciones delante del fuego, hasta los que las escriben con complejas máquinas e intrincados aparat
er escrito en el futuro. Las historias se convierten en relatos, los relatos en cuentos y estos en mitos y leyendas. Viajan entre generaciones, variando mucho o no tanto. Son olvidadas y se vuelven a descub
brillo se intensifica, cegador, y ocupa la sala infinita. Pronto, la luz es todo lo qu
palabras. Pasad y descubrid estos rela