relataba la caída cuidadosamente orquestada, el escándalo de ciberacoso, la denuncia pública, la traición de Gabriel, la expulsión, el accidente de coche, la adquisición hostil y la deuda a
la ciudad. Tenía la garganta irritada, los ojos me ardían. No me había dado cuenta de
En cambio, simplemente extendió la mano y, con el pulgar, secó suavemente una lágrima que no me había dad
, su voz baja-. Y Gabriel Herrera, un hombre cegado por su
soportar-. Solo cree en lo que puede ver, lo que está escrito, lo que se presenta como evidencia. Nunc
o. Es más fácil creer una mentira conveniente que una verdad incómod
su mirada se sua
i. Está cargando c
s. Vio lo que me pasó, cómo nos robaron todo. Es impulsivo. S
lentamente-. Y ahora, Jorge Valdés, el hermano de Sofía, está usando la ira de J
ó la c
spectáculo público. De cimentar aún más la narrativa
-. Pero, ¿qué opción tengo? Javi podría enfrentar cargos penales. No
a medida de whisky. Se giró, apoyándos
biera otr
a cabeza
a? ¿De qué e
bo lento de
os, tecnológicos, de información. No me gusta la injusti
sa, un brill
ien con un fuego y un talento innegables, siendo siste
do con una desesperada pizca de esperanza. Nada era gr
ía Valdés ha construido toda su carrera de "autora de trauma" sobre una base de me
Después de tres años de luchar sola, de cargar con el peso aplastante de la vergüenza públ
ida de sospecha-. ¿Por qué me ay
casi encantadora, que suavizó
se, incluso cuando el mundo está en su contra. O quizás -se inclinó hacia adelante, su
lida superficie del bar. Era de un blanco imp
pagándole a la familia Valdés, soportando la hum
rior de poder casual regresando. Se de
dinero es tuyo, independientemente de tu decisión sobre mi propuesta. C
una p
gente estarán observando tu disculpa pública muy de cer
él entró, sus ojos azules sosteniendo l
na Orozco. La pelot
fía. Reclamar mi vida. Era una propuesta tentadora, una que encendió una chispa de esperanza que no había sentido en años. Pero también era aterrador. S
las mentiras. Y pensé en mí misma, la chica resiliente y ambiciosa que solía ser, enterrada bajo capas de dolor y vergüenza. Damián tenía
ante horizonte de la ciudad. La noche aún era j

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