mi ropa, incluso ahora. Habían pasado días, y el a
, un sombrío dibujo de la violencia que había soportado. Su brazo, fuertemente vendado, yacía torp
su voz débil-. P
n escudo tembloroso
jo importante. -Las palabras se
mente peinada, con un bolso de diseñador colgado del brazo. A su lado, Mateo, el niño que le
globo. Soltó un chillido agudo, haciendo que
e. Cada instinto pr
uñí, mi voz ba
ecta de Bren
a expresar nuestra... solidaridad. Mat
fijos en su globo deforme. No par
pital. Si quieres mostrar solidaridad, trae a tu hijo aquí, átale las manos a la espalda y d
eó, acerca
reves? ¡Es s
oxeo? Dime, Brenda, ¿quién más está protegiendo a tu precioso pequeñ
la presencia de su madr
dice que
va. Me abalancé, no sobre Mateo, sino sobre el brazo de B
o, tirando de mí hacia atrás. Era un guardia de seguridad. Brenda,
or de Leo rasgó
ía tirado de su vía intravenosa. Una nueva m
os, el oficial Ramírez, me miró con una expresión distante, casi compasiva
to aquí, frente
e sobre la cara, respirando con dificultad. Bre
! -gritó Brenda-, ¡después de
re del guardia de seguridad-. ¡Tu hijo casi mata a
amírez levan
lvió hacia Brenda, con un tono suave y tranquilizador en su voz-. Se
ora se agarraba el brazo, con lágrimas corri
volvió hacia mí, su ex
forme de la escuela. S
é boqui
n estado acosando durant
ó el rostro de Ramírez. Miró al otro oficial,
esto es difícil. Pero tenemos declaraciones claras. Y, fr
o está fuera de lugar? ¿Qué hay de proteger a un bravucón? ¿Qué hay
ompañe a la comisaría para interrogarla -dijo
nundándome-. Los ha corrompido a todos, ¿verdad? ¡Mi
ontrolada apareció en
está hablando,
que me robó el aire de los pulmones. Mis rodillas se doblaro
-oí decir a Ramírez
mi espalda. El frío metal de las esposas hizo clic al cerrarse en mis muñecas. Era
flejándose en el frío escritorio de metal frente a mí. Estuve sentada allí durante horas, cada m
o todas. Había construido mi mundo alrededor de él, alrededor de la imagen de un homb
hombre que me amara o protegiera a nuestra familia. Este era un hombre que protegía sus propios secretos, su propia imagen cuidadosamente construida, a cualquier costo. Este
Una resolución fría y dura se cristalizó en mis entrañas. Lucharía. No por él, n
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