vista d
n un terror que me arañaba el alma. La marca de la mano de Julián, roja y f
do, su rostro una máscara de pura
elación de la Dra. Adame. La tormenta mediática había sido brutal. Sus patrocinadores se estaban retirando, la
ozó Sofía, enterrando
ada e inquebrantable, se fijó en Julián. Jadeaba, su pecho subía y bajaba, un destello
pero cortó el silencio atónito de la habit
s labios. Mis ojos, lo sabía, sostenían el peso de un p
a, se adelantó rápidamente, s
tu mente. -Damián, sintiendo una ventaja, comenzó a gemir, frotándose un
ulián se desvaneció, reemplazad
problema. Tu hija es una
u violencia. -Recordé la profecía, el eco escalofriante de lo que él había permitido que sucediera en la primera línea
No lo miré. No podía. Ya había visto
ián, una súplica de
do tarde. Para é
igilante, tiró de
erdadera familia. -Damián, todavía sollozando dramáticamente, se subió al r
figura en retirada-. Cree que puede simplemente llevarse
consuelo manipulador de Brenda, dudó. Su mirada se desvió
r su vacilaci
esposa loca y una niña difícil destruyan todo lo que has construido. -Su voz
obre el pasado de Julián, sobre su primera esposa, el "ángel" con el que
lculadora, se encontraron con los míos. ¿Crees que
truco manipulador de su arsenal. Buscaría destruirme, tal
, Karla Gutiérrez, su voto s
blando. Estábamos a salvo, por ahora, en el pequeño consultorio d
inchazón leve detrás de la oreja -dijo la Dra. Adame, su voz suave mie
tes, sus movimientos lentos y vacilantes. L
avía, ¿verdad? -susur
me negó con
e. Y no hasta que aseguremos tu se
bajando rítmicamente. Se despertaba con pesadillas, debatiéndose y gritando por mí. C
de peluche y una expresión sombría para las cámaras. Intentaba hablar con Sofía, engatusarla para que f
Está traumatizada. Necesita ayuda profesional. He encontr
"niños problemáticos" eran escondidos, olvidados.
a, mi voz firme-.
Julián. Veía su atención, por fingida que fuera, como una amenaza a su propi
rcó, con una sonrisa enferm
queño descanso? Damián y yo vamos al parque. Sofía puede venir t
olvió el
avía se está recuperando. Y no
da vaciló. Sus ojo
ero no digas que
dio sus primeros pasos tentativos fuera de la habitación
una mirada salvaje en los ojos. Se abalanzó sob
la tr
pezó hacia atrás. Su pequeña mano, en un intento
rdecedor. Torció su cuerpo y luego, en cámara lenta, ro
escaleras, se dio la vuelta. Sus ojos se abrieron de horror. Brend
oz llena de terror fingido-. ¡S
l brazo, revelando un antebrazo perfectamente sano y sin manchas. Brenda rápida
atacó! ¡Es
-grité, mi voz ronca-.
áscara de furia primige
señalando a Sofía-. ¡Inte
Es tu hija! -grité, proteg
o, sus dedos clavá
ara esta familia, K
, esta vez, me golpeó. Fuerte. Un do
grito aterrorizado. Sus ojos se pusieron en
se nubló, las lágrimas se mezclaron con
nsciente, vaciló. Un destel
amente, mi voz temblorosa-
ostro una mezcla
r! -Sacó su teléfono, ya marcando-. ¡Voy a llamar a las a
endo la narrativa, pintándome como la i
zos, ignorando el dolor
dándole un beso en la frente
n latiendo como un tambor. Hice seña
iado tarde. Ya
xi, bloqueándonos el paso. Dos hombres corpulentos
plana-. Tenemos órdenes de llevarlas a usted y a
ofía con m
pueden! ¡E
esto para el ojo público. Una pequeña multit
a, ha tenido un colapso total. Cree que estoy abusando de Sofía. Está delirando. -S
cla de lástima y juicio. Julián, el coach de vi
ca de desesperación-. ¡Él me pegó! ¡
s por la voz tranquilizadora de
eguiremos la ayuda que nece
razos con suavidad pero con firmeza. Luché, g
pequeña voz desvaneciéndo
, mi corazón par
sa fría y triunfante que
Karla. Me lo agra
n. Lo último que vi fue a Julián, de pie, alto y victorioso, s

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