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en Gillespie. Construí su imperio literario con mis palabras, mientras nuestro matrimo
, Kassidy. Cuando finalmente renuncié, intentó echarnos a mí
pleaños de Leo. Holden apareció con
mousse
tro hijo tiene una alergia mortal al mango. Casi m
ado. Tomé a nuestro hijo, desaparecí y so
parado afuera de mi nueva casa e
vorcio -dice, con la voz
ítu
. Las palabras se sentían extrañas en mi lengua, pesadas con siete años de verdades no dichas. Él se reclinó en s
s, usualmente agudos y calculadores, se nublaron momentáneamente por la sorpresa. Ar
eniendo la m
do buscar otra
ion que había ensayado mil veces en mi
ita, un retumbo
¿qué podría ser mejor que ser
opulenta oficina, un reino construi
modulada para ocultar el temblor que sentía muy dentro-. Pero e
adrillo puesto en el
un largo momento, su s
ad? ¿La que sigue tratando de robart
sto porque estaba interrumpiendo
orzando una sonrisa cortés-
a mano por su cabello
a más. Tengo la fecha límite del libro el próxi
no de tristeza. Estaba preocupad
empujando una carpeta gruesa a través de su pulido e
batarla de vuelta, queriendo quedarme,
eta, hojeándola
go en la página-. Es solo que, ya sabes, la gente siempre asume cosas cuando eres madre sol
bilidad, la vida secreta a la que me condenó. La verdad era que estaba a punto de convertirme en madre soltera, en todo el sentido de
de su e
s arre
mpió, un torbellino de colores brillantes y perfume artificial. Sus ojos, grandes e inocentes, se p
a la gala de la próxima semana. ¡Va a ser fabulosa! -p
a, un papel que alguna vez
na y cálida que rara vez, si es
loso, Kassidy.
da palabra superventas, la socia silenciosa en una vida que él se negaba a reconocer. Nuestro matrimonio era un secreto cuidadosamente guardado, escondido en las sombras de
. Pero ese día nunca llegó. En cambio, el secreto creció, asfixiándome, borrándome. Y ahora, Kassidy,
mbro, su risa tintineando en el aire. Él no se apartó. Nunca lo hacía. Una punzada, aguda
Sus dedos, largos y perfectamente manicurados, rozaron el cuello de
cuchara. Un vacío frío donde solía residir mi esperanza. No era solo la traició
oz sorprendentemente firme-. ¿Pu
ón cambiando a una máscara
cupado ahora mismo. ¿Es urgente? Tal v
e reservaba para los subordinados, para la ge
lugar. Mi lugar ya no estaba a su lado, sino en las notas al pie de su vida, si acaso. Estaba dejando abundan
íbula, forzánd
espie. Mis disculpas. S
d, enterrando a la esposa, a la madre, a la
ia Kassidy, quien ahora se inclinaba, susurrándol
pecho. A él no le importaría. Él ya estaba siguiendo adelan
o. Un mensaje de texto. "¿Papi va a
arganta. Miré hacia atrás, mis ojos atraídos hacia Holden y Kassidy. Ella ahora acariciaba abier
pido y desesperado a Holden: "Leo está preguntando
leyó el mensaje y luego, con un movimiento despectivo de su mu
ue estaba perdiendo? No. Él nunca quiso ser padre de todos modos. No realmente. Veía a Leo como un inconveniente, un secreto q
s y tomé una respiración profunda y temblorosa. Una ve

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