o P
a punto de vomitar lo poco que desayuné
dedos y sin que Viena haga nada por detenerlo, la besa con u
da el empujón que debería, no le dice que es un maldito idiota atrevido y tampoco le pide que la sue
an a llenarse de aire. Siento un zumbido en los oídos y comienzo a marearme
es men
er real. Ella n
la imagen sigue ardiendo en mi cab
sar lo que acabo de ver. Intentando
y el pecho se me encoge, p
a de una caprichosa sin control. Si entras a esa h
aigo en cuenta de
a reconozco mi propia voz, p
se abra, que sea la de al lado o incluso la del frente, pero la puerta de la hab
en
tiene el cabello revuelto, los labios hinchados y el vestido arrugado. Sus ojos están vid
presión me afecta mucho más que el maldito
erta. Miedo a perde
, temblando-. No
la miro, tratando de entender lo que está pa
, déjame e
er. No pued
lso en mis sienes, el zumbido en mis oídos y el aire que parece no querer entr
pero las palabras se
a explotar cómo la bomba de tiempo descontrolada que soy ahora. Es lo único que me ata a la realidad, a lo que e
ires así -repite, más fue
yo la reconozco-. Porque se ve bas
a mí, pero retrocede
o... no sé qué pasó. Mi mente..
un idiota. No sé cómo pude pensar que valías la pena, debí verte más, debí pensar mal. Nada bueno puede salir de l
e lágrimas y el labio inferior le tiembla, pálido. Per
ta aquí, y ser el mayor corn
que no es así, no podría -asegura, p
a limpiarlas, por ser el causante de ellas. Pero no puedo h
u voz se rompe a mitad de la frase-. No
r el control, para no hacer o decir algo
antando una mano-. No quiero
ita, y el sonido rebo
saba? -escupo la palabra con asco y resentimiento-. ¿O que se te olv
la cabeza,
! Yo nunca, nun
egunto, incrédulo-. ¿De verdad
o, Milo... no. Yo
n un gesto, uno que
endo que algo se quiebra dentro de mí
respira. Le tiemblan los lab
voz sale r
on más dureza-. El amor no se h
a borrar el dolor que le estoy clavando. Y au
decir algo más, pe
después del tiempo que perdí contigo. Me mentiste en la cara diciendo que me extrañabas, mientras es
on la cabeza
pero te juro que nunca te traicionaría.
ue cualquier promesa. Me paso las manos por el rostro,
te dejes llevar por las emociones. Ella te eng
a verla con una sorpresa en el bolsillo. Solo queda el tipo q
Un amor falso, lleno de mentiras y traiciones. No digas nada más, no valdrá la pena. Tú no
mis talones y camino hacia el ascensor sin mirar atrás. Cada paso me pesa como si arrastrara los restos de algo que no sé cómo enterrar, una parte de m
igo ad
eto la caja del colgante en mi mano. El terciopelo se aplasta y con él, todo l

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