/0/21126/coverbig.jpg?v=da38ca7445b1e7e413ea4c089c69f4f3)
ual
w
o
ar lo ocupaba Kelly. A mí me tocó ser otra cosa: el hijo perfecto. El centrado. El sensato. Y quizás por eso,
rdí el rumbo. No enfrenté la realidad. No estaba listo para ser esposo, y mucho menos para ser hombre. Cuando quise darme cuenta, el mundo ya se me venía abajo. Llámalo arrogancia, estupidez
atro añ
mpre, terminé atrapado entre ejecutivos, cifras y promesas que no significan nada cuando llego a casa y la encuentro así. Ahí e
. Sé que estoy fallando, pero también sé
frío viniera de mí y no del clima-. Ya no eres el hombre con el que me casé.
o admitir. Pero en lugar de acercarme,
futuro -respondo, sin mirarla-
me he preguntado si este bebé fue una buena idea? ¿Si no esta
. Me acerco con cautela, i
vas a de
seguir fingiendo que todo está bien, que no duermes
das, de tus escenas! -estallo. Y apenas lo digo, me arre
con ese tono bajo, sereno... ese que usan las personas cuando ya tomaron
aliza. La observo mientras mete un par de cosas en una maleta. Movimientos lentos, meticulosos...
s a ir? -pre
ier lugar donde pue
ir así? ¿
ncio profundo, una tristeza que se instaló hace tiem
ate B
. Y yo me quedo ahí, como un imbécil,
, mi vida es un ciclo repetido de días vacíos, sonrisas fingidas para la prensa y noches rotas que se arrastran una tras otra. Pero aun no pierdo la esperanza d
de salvarme de mí mismo. Miro sin ver los documentos, los balances, los planes de expansión que ya no me importan. Todo m
re aquí. Dice que es
rsonal". Esa palabra ya me pes
osa, sintiendo un mal presentimiento s
va un traje oscuro y arrugado, barba descuidada, y una mirada hundida, casi vacía. Baj
sión evidente que delata que esto no es una visita cualq
garganta seca, como si
disimulo en el escritorio. Siento un p
íe. Ni siquiera inten
amos a s
una explosión. Un zumbi
susurro, sintiendo q
omo si supiera que cada hoja es una herida. La coloca f
Fue hace más de tres años. Cerca de Filadelfia. La registraron como NN. No llevaba
mo si pudiera rechazar lo que acaba de decir-. ¡No, eso no e
con pesar, sin m
d-. El informe médico lo indica.
ente con manos temblorosas. Lo abro como si fuera a encontrar otra historia, una prueba de que esto n
peza en el escritorio, jadeando, como si
niego a aceptarlo. No así. No después de
atrás. Baja la mira
ñor Parker. Hicimos
iero romper algo. Pero todo lo que soy está de
or favor...
duda un
revise la
ando el expediente como si quemara-.
omo si cerrara un ataúd. No dice nada más. Se marcha en sil
más
inútiles. Agarré las llaves del auto sin rumbo fijo, como si manejar pudiera alejarme de la noticia que acababa de destrozarme. Subí al au
la ciudad pasaban como fantasmas borrosos. Los semáforos rojos eran manchas que no me importaba esquivar. La velocidad me arrancaba lágrimas, o tal v
n el costado, como si algo me estuviera desgarrando desde dentro. Abro los ojos a medi
ello castaño cae largo sobre los hombros, y sus ojos... grandes, profundos, marrones. Ojos que parecen ver más de lo que di
a correa del tensiómetro en mi brazo y revisa los mon
, pero todo duel
a voz rasposa, la garganta c
mirarme-. Se estrelló contra un poste de luz. Tiene una costilla fis
, pero el dolor me atraviesa con una fuerza br
sujetándome con cuidado por el hombro-. Ya nos comunicamos con su
raviesan como una
edo en silenci
El corazón me late con violencia, l
cabeza, sin notar mi estado,
ndo? ¿Alucinando? ¿Ella se confundió? ¿Selena está viva? No puede ser...el detect

GOOGLE PLAY