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ificaba tres meses de una soledad aplastante cada invierno, mientras él y su padre, Sergio, vivían en u
a del departamento: Sergio, mi hijo Mateo y Brenda, su novia de l
lergia fuerte", le indicaba Sergio.
, lloró por Brenda, no por mí. "Mami siempre está triste"
"depresión" eran en realidad potentes sedantes. No solo me
bía construido todo mi mundo sobre cimientos de engaño. Así que me fui, dejánd
ítu
ta de Ximena
a; estaba dentro de mí, un escalofrío que se metía hasta los huesos en el mome
ojos, una opresión en el pecho que me dificultaba respirar. Los
Mateo, los pasos pesados de Sergio, incluso el sonido de los platos, todo s
s. Cocinaba para una persona, comidas que nunca terminaba. Limpiab
maginaba a Mateo corriendo a mis brazos, el fuerte abrazo d
rgias". Quizás podría dejarles algo de comida. Quizás solo verlos de lejos. Al acercar
gio. Se me revolvió el estómago. Escuché a Mateo gritar: "Brenda, ¿pode
a mentira calculada y cruel. Las piezas encajaron
¿okey? Tu papá dijo que tenemos que asegurarnos de que Ximena
mundo se tambaleó. Estaban usando su condición poten
llas como un pájaro atrapado. Las paredes blancas d
que me había aferrado, el amor, la esperanza, todo se congeló
él. "¡Mami, te extrañé!", dijo con alegría, pero sus ojos se
mi voz plana, casi un susurro. Lo miré direc
Brenda hace las mejores galletas", murmuró, mirando sus z
de mí. "Mateo", dije, mi voz peligrosamente tranqui
estaban prohibidos. Toda su vida, lo había protegido de ell
ena, ¿qué estás haciendo?", espetó, su vo
mano hacia el chocolate que yo sostenía. Sus dedit
chocolate de la mano. "¿Estás loca? ¡S
mi estómago, comenzó a deshacerse. "¿Peligroso?", repetí, mi voz subien
estaurante investigado. Cada casa de amigos revisada previamente. Había renunciado a mi carrer
Sergio. Una migaja puede matarlo". Siempre había sido tan cu
z temblando ahora. Señalé la crema de cacahuate imagina
dolo. "Ximena, ¿de qué estás hablando? ¿
decirle a Mateo que siguiera comiendo crema de cacahuate. Para mantener su 'alergi
te mal", dijo rápidamente, demasiado rápido
. Tu mamá no se siente bien". Apartó a Mateo, lo sac
ufa apagada. Regresó horas después, con Mateo dormido
ente", dijo, tratando de rodearme con su brazo. Me ap
. Sentía la garganta en carn
uro antes. Solo me preocupo por ti cuando te pones así. Encontrarem
física de la traición, un calor abrasador detrás de mis ojos y un peso aplastant
mi brazo. Una delgada línea roja brotó, ardiendo. Era un dolor pequeño y agudo, una distracción del dolor
n, calientes y furiosas. Lloré hasta que me ardieron los ojos, hasta qu
ba aterradoramente clara. La "alergia", el aislamiento, mi depresión, la lástima, la culpa... todo era un escenario cuidados

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