elegancia recatada, eligió un vestido suave y vaporoso en un delicado tono durazno, yo opté por uno rojo fuego, ceñido a la piel, con una abertu
ro llevó a Camila al centro de la pista. Mi estómago se hundió. Había esperado que bailara el primer baile conmigo.
la sala, su voz suave, un bálsamo practicado-. Camila, siemp
ron mientras se balanceaban al ritmo de la música. "¿Viste eso?" "Pobre So
isa amplia y artificial, una perfecta esposa corporativa en ciernes. Se movían con una sincronía casi inq
me paso entre los invitados parlanchines, y encontré un balcón desierto. El aire fresco de la noche me golpeó la cara, un alivio b
lagosamente dulce, me sobresaltó. Me había seguido. Por supue
di la
ada perfectamente cor
haciendo un suave cli
. Parecías un poco... fuera de lugar a
demasiado ocupado jugando a la casita con su nuevo
ta, un sonido que m
nde de verdad, quién valora realmente lo que ofrece. -Se acercó más, su voz bajando a un susurro teatral-. Incluso me dijo cu
e que Fernando había intentado y no había podido controlar, la mujer cuyo recuerdo me mantenía luc
las. Sin pensar, sin un solo pensamiento racional, me di la vuelta. Mi mano voló, co
dad, me miraron fijamente. Su mejilla perfect
-tartamudeó, su voz
e que me hayan domado por un tiempo, pero todavía recuerdo cómo pelear. Y tú, hermanita, no tienes idea de lo que soy capaz. -Mi mano,
tuviera miedo. Pero luego su rostro se torció, sus ojos se llenar
elevándose en un lamento de
l brazo. Con una oleada de fuerza alimentada por pura rabia, la empujé con fuerza contra la barandilla.
uego se cortó abruptamente. Un golpe seco y nauseabund

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