dades, movió su auto, el cual a pesar de sufrir daños exteriores de carrocería no padeció ningún desperf
pado por el estado de salud de Sally. Temía algo malo pudiera sucederle, porque si eso llegase a pasar, jamás lograría perdonárselo, por no prestarle la debida atención durante esos
aporte de la puerta de madera, pero esta no cedió estaba cerrada, por un momento su preocupación se intensificó, cerrando su puño le dio un par de golpes a la puerta, sin embargo, recordó el lugar donde los ocupantes
la puerta, la abrió y comenzó
, donde se supuso debía estar ella si
do, apuró sus pasos para llegar con prontitud a su lado, la mujer exhibía
tiempo que un par de lágrimas rodaban por su rostro -. Es un a
u calzado y comenzó a revisárselo con detenimiento y delicadeza, pasaba sus manos por el lugar donde ella
e de un esguince. Debemos ir a un médico, es necesario mandarte hacer algunas radiografías p
se puso nerviosa. Al ver el miedo en su rostro, Christian lo atribuyó al hecho
porque voy a estar contigo todo el tiempo requerido. ¡Ven! Apóyate en
lor, el cual no pasó desapercibido para el hombre, quien intentó sostenerla
rar una solución, momento aprovechado por la mujer para hacerle una propuesta-, a menos de que me alces entre tus b
rgarla la mujer hundió su rostro en el cuello, una extraña sensación lo invadió y su piel se erizó ante ese contacto, trató de pensar en ot
erarlo, lo mantuvo más del tiempo sostenié
asfixiarme -las palabras del h
e al auto, mientras pasaba la mano por el cuello como si lo estuviese limpiando, luego
*
ubo ninguna sorpresa, siempre había sido así, desde el desafortunado accidente donde murió su madre, la trataron como una extraña, apartada a un lado, sin derecho ni a voz, tampoco a
ultado, no fueron muy receptivo conmigo, poco les importó lo
a su única amiga, para ver si la ayudaba a vender lo único con lo cual contaba, llevó la mano al cu
lo obsequió mi mamá antes de morir. No tengo nada más con lo cual pagar. El hombre vio l
ninguna protección de un adulto, podemos llam
pe, déjeme llamar a mi amiga, para que me ayude a ve
damente cincuenta años era su padre, se emocionó al verlo, pensando iba preoc
.-no pudo continuar hablando p
a, no conforme con eso se lo destruiste ¿Cómo pudiste chocar el auto de tu hermana?
mana. Eso fue un fuerte golpe para su ya maltrecho corazón, con toda la tristeza del mundo pudo comprobar una vez más, la verdad, para su padre no tenía ningún valor y mientras más rápido se diera cuenta de que
confía en que cuando extiendas

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