ión a donde fuera, gozaba de una belleza extraordinaria, causando admiración, no solo a los hombres sino también en las mujeres. Se observó al espejo con devoción, se sentía orgullos

insoportable, le molestaba su actitud de víctima y su complejo de madre Teresa de Calcuta, no sabía cómo ellas dos podían compartir el mismo rostro, si no fuese tan hermoso, hace mucho tiempo

teniendo ambas el rostro idéntico, siempre hacía de las suyas, echando la

n fatal accidente la hizo rodar por las escaleras, haciéndola desnucarse con la caída. Los recuerdos de ese momento comenzaron a abrirse

nera incesante, cansada de la insisten

porque no quiero conversar contigo. Estoy ocupada ¿Acaso er

ro lado de la línea, no le respondió la

, su hermana la tiene como contacto en caso de emergencia, igual

son tuvo un accidente automovilístico, l

ue en vez de notar preocupación, era puro morbo

poco golpeada y el efecto latigazo, provocado por el cinturón de seguridad. Su hermana la necesita, porque debe pagar

ioso tiempo con la estúpida de mi hermana. Sin embargo, deseo preguntarle, ¿Sabe uste

do de un auto y no por su hermana? Giró la vista y vio a su joven paciente, mantenía un semblante mezcla de miedo y esperanzas, mientra

eda claro es el carácter egoísta de su persona, ¿Cómo puede ser indiferente ante lo sucedido a su

e en sus propios asuntos -dicho eso cortó l

ida por el hombre, quien se

asado algo? -el hombre se angustió, al escu

y sufrimiento -. No soporto más a Lynda, es

a oficina para estar atendiendo sus estupideces ¿Qué fue capaz de hacerte ahor

e esto? Yo solo busco manera de comprenderla y ayudarla, sin embargo, ella no pierde opo

us ojos, ella no puede tolerarlo, porque me

rque no cumple los dieciocho años, pero ese mismo día cuando los cumpla, la sacaré de nuestras vidas para s

nazas por parte de su padre, porque después de todo, si su gemela se iba no podía res

mela y no me gustaría verla en la calle mendigando. Deb

unque luego cambió su voz cuando empezó a referirse a la otra chica -. Mas Lynda no estará sin r

el castigo, no sé cómo puede ser tan buena actriz, hasta el médico que la

r pequeña si iba a ser tan mala hierba con su propia familia. Por culpa de ella, tu madre m

a, cuídate -declaró el h

el hecho de que su padre fuera a reprender y castigar a Lynda, pues una inquietud se había instalado

n solo día; para conocer al hombre ju