Alejand
camente despeinado, su bronceado de esquiadora acentuaba perfectamente la única y brillante lágrima
a pena expertamente fingida. "¿Cómo pudiste
erida estaba fija únicamente en
si se hubiera quemado. Dio un medio paso lejo
El poderoso y decidido Justino Garza había desaparecido, reempl
vuconería anterior desaparecida, reemplazada por lág
runo en su hombro. "No sabíamo
ardo, señalando con un d
"Oh, mis pobres bebés", arrulló, su voz goteando veneno. "Justino, me lo prometiste. Prometiste que
olpe físico. Prometiste
y luego los abandonó rápidamente para perseguir medallas y patrocinios. Justino había quedado devastado. Me con
a prometido una vida de compañerismo, de respeto mutuo. Dijo que estaba lis
como para creerle. Pensé que podría
uperior. Todos estábamos en su camino. En esa fracción de segundo de caos, vi el verdadero corazón de Justino. No me buscó a mí. No buscó
asta la muñeca. Recuerdo mirar la sangre, un rojo brillante e impactante contra la nieve prís
xpresión desesperada y protectora, el recuerdo s
ado entre su pasado y su presente. Luego se volvió
a. Lo había sabid
fría y final. "Disc
n. Yo, la esposa públicamente humillada, debía disculp
de que me importara. Cansada de intentar ganarme u
una expresión de puro y venenoso triunfo. Miré a Justino, con el rostro de pi
un campo de batalla. Y yo y
ila. Di un paso hacia Carolina, cuya sonrisa triunfa
ue sorprendió a todos, incluyéndome a mí misma. "Siento haber
ara incluir a Just
pre lo ha sido". Les di una pequeña y
ando un cuadro perfecto y atónito de una fami
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