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Historia

Capítulo 2

Palabras:1748    |    Actualizado en: 04/11/2025

ia

itor cardíaco. Una sábana blanca y almidonada me cubría hasta la barbilla. Mi pier

tó! Tuvo una fractura bastante fea. Una fractura expuesta de tibia. T

esposo. La ironía era ta

mos llamar?", preguntó, ahuecando

ranquila, extrañamente vacía. "No", dije, la p

año. Su formulario de ingreso dice que está casada. ¿Una señora Franco?". M

laré rotundamente. "Simplement

nto mucho,

mpí, con un filo de hielo e

allí, impecable con un traje nuevo, ni un solo cabello fuera de lugar. Parecía menos un hombre qu

estia. "¿Qué es esa tontería del divorcio?", pregun

r su presencia ártica, sali

rchivo en la computadora de mi abogado. La resolución había nacido en ese café, per

esposo le es infiel. Solo le preguntaba a la enfermera sobre las implicaciones legales de presentar l

sis. "Ya veo. Si tu 'amiga' necesita una recomendación para un buen

o. Estaba allí, ofreciéndose a ayudarme a divorcia

ver un borrador de un acuerdo de divorcio estándar. Del tipo con una ruptura limpia, sin

lver con una eficiencia despiadada. "Por supuesto. Haré que mi asistente

no pude descifrar en sus ojos. "Sobre ay

. "Me alegro mucho", dije, mi voz goteando una dulzura sac

absoluto. "Pero con su hemofilia, cualquier herida, por pequeñ

pierna rota es mucho menos catastrófi

diji

a sintiéndose como una máscara de porcelana a punto

u propia narrativa, en sus propias justificaciones,

gica llamada Clara, llamó y entró, sosteniendo una

s. Solo haz que tu 'amiga' llene los espacios en blanco". Señaló las l

teléfono sonó. La pantalla se

ma calidez suave que había visto en el café. "Hola", dijo al teléfono, su voz una caricia

arrugó con preocupación. "¿Te sientes ansio

lígrafo de su bolsillo, garabateó su nombre en la línea del demandado del formulario digital sin s

abitación sin

un acuerdo de divorcio. Mi acuerdo de divorcio. Acababa de firmar el fin

ico de Clara. Encontré la línea del demandant

a Pi

, de esperarlo, terminaron con dos fi

rios blancos, estériles y sin perfume, como su afecto- e hizo que su asistente se encargara de las facturas. Me enteré por los sitio

almente apareció, luciendo vagame

o, sin sonar arrepentido en absoluto. "Esta fus

de su perfume aferrado a su traje. Era una fragancia floral, algo suave e inocen

río familiar de nuestro apartamen

orpresa, dijo: "¿Estás li

fijament

lir", dijo. "Para cele

ónita que sol

a silla. Pidió mi vino favorito sin que yo tuviera que preguntar. Incluso entabló una pequeña charla, preguntando

ra llamita que creía extinguida para siempre. Quizás verme herida,

voz suave. "Esto

adas sonrisas. "Me alegra que lo estés

ró. Lo miró. "Disculpa, Kenia. Es t

specha se apretó en mi estómago. Esperé unos mi

et, entregándole las llaves al encargado. Cuando su

An

cabello perfectamente peinado. Le son

n pilar de mármol, mi cora

a misma manera que lo había hecho para m

por puro instinto, saqué mi teléfono y pedí un taxi. "Sig

ron muy lejos. Se detuvieron frente al m

rior. Le retiró la silla. El sommelier se acercó y vi a César pedir una

mismo restaurante, la misma mesa

uestra velada, pas

erías saberlo.* Era un enlace a un blog de chismes. El titular decía: *¡La Fie

ños. Me ha

favoritas, como un ensayo general. Una práctica. Para aseg

odía oírla decir, incluso a través del grueso cristal de la ventana. "¿Cómo sabí

a y engreída mientras respondía

Ni siquiera era u

ráctica. Una lista de verificación para

umpió mi horror paralizan

igando el afecto que yo había anhelado durante años en

sin lágrimas esca

i voz se hizo más fuerte, m

o una casa. Y no me quedarí

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