Instalar App
Historia
Drogada, Plantada, Ahora Esposa de un Multimillonario

Drogada, Plantada, Ahora Esposa de un Multimillonario

Autor: Gavin
img img img

Capítulo 1

Palabras:1979    |    Actualizado en: 14/10/2025

en el altar por otra mujer, una mentirosa man

ó el divorcio, sino que él mismo me inyectó una dro

matrimonio por poder con un multimillonario en

ítu

ista de Es

stra boda no fue en el altar. Fue en la televisión

co a mi lado. Lo último que recordaba era el blanco inmaculado de mi vestido de Benito Santos desparramad

lular de Javier

n letras crudas y furiosas. Él era el director general de nuestra empresa de tecnología, un hombre acos

-había dicho, co

los huesos. Ya habíamos pasado por esto. Esta misma emergencia, esta mis

ial de hacía años; un fracaso del que yo lo había sacado, pieza por dolorosa pieza. Era una maestra de la manipulación, un parásito en nuest

la -dijo él, evitando mi mirada-. E

on una manicura impecable, se clavaron en la fina tela de s

una víctima frágil a la que estaba obliga

bofetada. El carisma que mostraba al mundo se había

s asomaron

da-. Solo diez minutos. Digamos nuestros votos. Déja

ida, un último y desesperado intento de aferrarme a

aciencia. Con fastidio. Me quitó l

cón de mi Jimmy Choo se enganchó en el borde de la alfombra afelpada. El mundo se inclinó en una espiral vertiginosa de seda blanc

la os

al era mi ventana al mundo. Un presentador de noticias informaba sin

HÉROE», se leía en el cintillo, «TRAS CONVENCER A U

os de Kimberly Rivas. Ella estaba acurrucada contra su pecho, con el rostro hundido en su cuello, sus sollo

su sa

er que había dejado

ón cerebral. Javier, de rodillas en medio del Bosque de Chap

por la emoción-, nunca dejaré que nada ni nadie te

un ácido amarg

más ambición que sentido común, enfrentándose a los bravuco

había declarado, y d

nterrey para quedarse en la Ciudad de México conmig

-me había susurrado-, no

o a mi cama de hospital durante una semana entera, leyéndome, sostenien

d. Él se había lanzado sobre mí, protegiéndome con su propio cuerpo mientras el metal y las chispas llovían a nuestro alrededor. Salió de allí con un corte en la espalda que requirió tr

abracé durante sus terrores nocturnos, manejé nuestras finanzas y mantuve a flote nuestra nueva empresa sin ayu

, convirtiéndonos a ambos en multimillonarios, me

as contenidas-. Te juro que, a partir de hoy, nada volverá a estar por en

do nuestra canción. Los votos que él mismo había escrito, que me había leído cien v

berly hacia el suyo. Le secó las lágrimas con el pulgar, s

uperar problemas personales, sufre de una forma severa de ansiedad por abandono, desencadenada por situaciones de alto estrés. Se dice que su am

corazón estuviera siendo estrujado en un tornillo de ba

habitación se

a. Parecía agotado, pero el alivio en su rostro era palpable.

la voz ronca-. Siento

rencia tardía, una casil

de una terrible y equivocada culpa-. Los doctores... le han dado un mes. Como mucho.

¿Una enfermedad term

, su voz bajando a casi un

ingún impacto físico. Las palabras quedaron

oncedas un divorci

ombre por el que había sacrificado todo. El pitido del monitor cardíac

ente no puede dormir si no estoy hablando por teléfono con él», ronroneaba, con los ojos brillantes de malicia. Me había dicho a mí misma que estab

luta en mi rostro-, nos casaremos de nuevo. Te lo juro. Nada cambiará. Mi corazón sigue si

oras, pero eran ecos huecos y sin sentid

e se había convertido en un vacío, un aguj

ecir, mi voz un monó

es. No esperaba esto... esta capitulación total. No entendía que

có un documento doblado. Un acuerdo de

alivio haciéndolo parecer pequeño

ejando los papeles en la mesita de noc

vibró. Era mi padre. Dejé que sonara, pero inmediatamente c

ejaste que ese hombre humillara públicamente a nuestra familia? ¡Te dije que tu único traba

ico. Una herramienta para fusionar el dinero viejo de la

ro de mí por Javier se materializó de repente para este

voz inquietantemente fir

tonta, ¿tienes idea de lo que

nter

echando raíces en el páramo desolado de mi cor

rabia. Y en ese silencio, hice un nuevo voto. No a un hombre q

-

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY