vista d
allí, buitres rodeando la celebración de su rey. Me paré al lado de Dante, el coll
e, susurrándole algo al oído. Él me miró y luego le dio un sec
me acercó con una cop
o con malicia-. Te ves pálida. Un pequeño b
o -dije, mi voz f
Es una celebración. Un sorbito no hará daño. -Su vo
una acción tonta y refleja. Él estaba observando, su exp
-dije, esta
la se convirtió en u
? Ahora eres una esposa del Cá
champán sobre la parte delantera
una mano a la boca
tanto! Qué tor
silenciando los murmullos. Le quitó la copa de la mano a Isabe
an esquirla
menaza sedosa contra mi oído-. Brinda
acto de desafío que él castigaría de formas que n
viéndome el estómago. Tomé el sorbo más pequ
s venas con una velocidad aterradora. Mi visión se nubló. Mis piernas se convirtieron
ró de mi abdomen, tan viole
é, agarrándome el estómago mient
era una máscara de conmoción. La indiferencia total había desaparecido, reemplazada po
su voz un rugido b
, un sonido agu
débil para hacer. Resolví tu prob
antes había visto. Esto no era parte de su plan
icioso me desgarraba. Sentí un horrible y cá
es leales solo a ella, intervinieron, bloqueándolo. Se movieron hacia
nto coherente dirigido al monstru
rugido de furia resonando mientras me sacaban de la habitación. Sus o
una violación que se grababa a fuego en mi alma. Y una única y penetrante agoní