ista de So
dolor, se sentía pesado e insensible. Estaba expuesta
desesperado y confuso detrás de la mordaza. *Es mi prometido. Leo er
cie, una violación que llegaba al núcleo mismo de mi ser, a mi futuro. Grité, un sonido crudo y animal de puro tormento, pero fue tragado por la gr
unfante-. Ahora no habrá más pequeños accidentes
estruendoso de victoria que
o agudo e insistente
y el Dr. Cervantes. Me dijer
vaje se cortó en seco. El homb
ó a la suya, más cercana, m
su teléfono. Estaba con su hermano en el parque. Hubo una llamada d
ente, seguida de un golpe sordo cuando un
illado, la puerta
confusión que rápidamente se transformó en shock. Vio a Jimena, salpi
un desastre destrozado y sangriento. Mi cuerp
un susurro incrédulo-. ¿Qué
habitación, sus ojos esca
as paramédico
onó ruidosamente en el suelo de baldosas. Corrió hacia él, echándo
n miedo fabricado-. ¡Gracias a Dios que estás a
hundiendo la c
sesionada contigo. Estaba diciendo las cosas más horrib
gido en su abrazo, su e
grandes y llenos de lágrimas-. No te enojes conmigo
voz bajando a un
ella. Nadie tiene que saberlo. Diré que
sa mirada. Era la cara que ponía en el tribunal, la que sign
ó, su voz pelig
hace siete años. N
rajándose-. ¡Tú me amas! ¡Solo has estado c
a extraña mezcla de preocupación profesional y lástima po
firme-, pero es una paciente y se está
uavidad pero con firm

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