ista de So
n mi estómago, enviando una onda de dolor por todo mi cuerpo. Me dob
voz goteando desprecio-. No es "mi niño". Es
rmano! ¡Te juro que es mi hermano! Haré lo que sea. Dejaré a Alejandro
do y desquiciado que reson
permiso para tenerlo? Es
ador. Me derrumbé de lado, mi cuerpo un nudo de agonía. A través de una neblina de dolor, pude ver a Fede y sus amigos
antarme, arrastrarme hacia Leo, hacer algo, cualquier cosa.n instintivamente al
sentí
olo un frío profundo y aterrador que no te
o
n grito silencio
, no,
sador en mis costillas, el mareo que hacía girar el mundo. Mis manos temblorosas
a
ezando, negociando con un Dios en e
enc
e había latido al compás del mío
e hab
ba m
e había despojado de mi ropa y mi dignida
s y se lo llevó el viento. La Sofía que amaba, esperaba y suplicaba pied
ra un zumbido distante, sin importancia. Mis movim
ta y enfrenté
lí la hizo dar un paso atrás. La sonrisa engreída y triunfante
Desprovista de toda emoción. Ni siquie
blando? -tartamudeó, su
aso hac
una as
illó, su voz a
mundo era su rostro, el rostro de la mujer que había robado l

GOOGLE PLAY