entre nosotros era algo tangible. Después de unos minuto
r?", sugirió Sofía, sus ojos bril
miró para saber mi opinión. Simplemente me tomó del brazo,
consultarme. Escuché mientras enumeraba los platos, cada uno de los favoritos de Sofía. Prosciutto con melón, risotto de c
detalles. Pero extrañamente, no sentí la punzada habitual de decepción. Ahora
cio, un fanta
del teléfono de Santiago. Se disculpó y
destello de plata captó la luz. Era el reloj antiguo. El que había pasado meses restaurando
, mi voz peligrosamente tranq
"Ah, ¿esto? Me lo dio Santiago. Dijo que era solo una co
ente construida se hizo añicos. Esta era la gota que colmaba el vaso. Esta era la pr
en un ataque de celos. Arma una escena, intenta arrancarle el reloj del brazo a Sofía y termi
itar, de atacar. Pero entonces, una fría ola de autopreservación
bien en dártelo", dije, mi voz suave como el cristal.
azado por un destello de confusión y decepción. Esta no
poco de sopa", anunció con una alegría forzada. Se acerc
riscos y me lo ofreció. "Toma, Valeria. Pare
abía, pero que obviamente nunca había compartido con su verdadero amor
ara. Se estrelló en el suelo junto a mis pies, salpicando la c
dose de lágrimas al instante. "¡Valeria,
predecía
máscara de preocupación. Fue directamente hacia Sofía, su br
osa se posó entonces
enterrando su rostro en su pecho. "Sé que no fue a propósi
La mezcla perfecta de victi
con voz plana. "L
fía llorosa. "Estás siendo ridícula, Valeria", espetó, su voz llena
brazos y la sacó del restaurante,
trás por encima de su hombro. Me ded
endidos", y Santiago invariablemente me culpaba. Yo era una arpía maliciosa y celosa. Ella era una víctima fr
con el rostro lívido. "¡No puedo más, Valeria! ¿Por qué t
bos de verdad. La primera vez que veía una emoc
je, con voz cansad
¡Tú eres la que me compró! Eres la que piensa que el dinero puede resol
as. Se fue, cerrando la puerta de un portazo, el so
da de pánico. La trama se estaba acelerando. Si no hacía algo drástic
i mente. Si no podía escapar de la trama, tal vez podría acelerarla. Juntar
je hasta el apar
ta, con expre
daré a conseguir a Santiago. A cambio, dejas tus juegu