, un evento clave de relaciones públicas para l
e inducido por las drogas, lo en
puesto mi ves
a el anillo que me había dado en el dedo de
porque ella "no se sentía bien" y necesitaba la ceremonia. Me llamó una mantenida
acrificios habían construido su imperio, y él
ro divorcio, apareció fingiendo amnesia por un accidente de coche,
. Yo decidí esc
ítu
la suite nupcial. Se suponía que era la renovación de mis votos, el gran espectáculo que mi esposo, Ángel F
, los bordes de mi visión se desenfocaban. Solo había tomado una copa
había dicho, con su sonrisa tan brillant
al de mi vestido de novia, el que había pasado meses diseñando, se sentía ajeno s
Valeria Montes, su rostro una máscara de júbilo tr
oz del oficiante comenzando la ceremonia. Una oleada de náuseas me invadió mientras la hor
incipal. Abajo, bajo un dosel de rosas blancas que yo había elegido, Ángel estaba de pie, sonriéndole a Valeria. Deslizó un anillo en su dedo, el mismo que me había m
táculo público, y
sa tuvo sus fotos, hasta que los invitados estaban bebiendo cocteles. Lo encontré en la biblioteca, un rincón tranquilo del l
tros no mostraban sorpresa, ni cul
to, Ángel? -Mi voz e
ajustó las mancuernillas, sus ojos fríos y desp
as una escena.
drogaste y te casaste con tu amante en mi lugar frente
tono plano-. Valeria estaba..
con una expresión
Alicia. No has trabajado en años. Todo
hacia la opule
ropa. Tu coch
ije, las palabras sabí
e rio. Una risa genuina y sono
e. No tienes nada.
pente, aterradoramente clara. El dolor se estab
e, empaqué una sola maleta, tomé el dinero de emergencia que había escondido y dejé la mansi
estándar, sin culpa. Lo firmé y lo dejé e
iendo un berrinche, una rabieta. Esperaba que me quedara
hice, perdió
luciendo ridículo en el pasillo deteriorado de mi ed
atético -se burló, empujándome pa
or, con los ojos
u pequeño berrinche. Es
í, sus manos bus
este pequeño drama. Pode
a clara, y me d
cogí los papeles de la
alo,
quila, una cosa
mano, sus ojos escaneándolos
a este juego? Ya
con suf
siendo