ó casi de inmed
con su familia, el idioma al que recurría cuando perdía toda apariencia
dije, mi voz fría y firme-. No te
cambiando a un español con un acento marcad
las nueve de la mañana. En el juzg
atónito al otro lado de la
lo de nuevo para confirmar. La lla
ez que se sentía acorralado, me bloqueaba. En el pasado, habría entrado en pánico. Habría llamado desde un número diferente, enviado mensa
a amado
o, hasta los huesos, por siete años de amar a un homb
encantador, intenso y brillante, con un fuego en los ojos que prometía incendiar el mundo. En ese entonces, era solo u
trataba como a una diosa, co
os, elaboré sus estrategias, me relacioné con donantes. Pasamos de un departamentito donde
maba desapareció, reemplazado por un político frío y despia
e pidió que renun
La salud de mi padre está fallando y mi madre
el foco para que él pudiera brillar más. Porque lo amaba,
a entre nosotros se convirtió en un abismo. Sabía que algo andaba mal, pero me af
, su supuesta "amor perdido", regresó a la ciudad. No solo
. Las peleas eran interminables, viciosas y agota