img El Precio de una Mentira Perfecta  /  Capítulo 3 | 15.00%
Instalar App
Historia

Capítulo 3

Palabras:1262    |    Actualizado en: 13/08/2025

cabeza. Estaba en una habitación de hospital. Gregorio estaba sentado junto a mi cama, con la

la emoción-. Estás despierta

ación en sus ojos se sen

enfermera, seguida por Jimena S

la aquí? -pregunté, mi

, interponiéndose e

eocupada. Te vio colapsar. Fue

levándose. Intenté sentarme, pe

a mi cama, su rostro una másca

esto. Por favor, déjame quedarme. So

tral. La mujer agraviad

petí, cada palabra un

on sus pequeños puños mi pierna, justo donde estaba insertada la

, su rostro torcido en un gruñ

ño hacia atrás. Pero sus movimientos fueron lento

atrayendo a Mateo a sus brazos-. No entien

tan audaz, tan descarada

el. Llamó a la enfermera, su voz aguda por el mando. Pero sus ojos seguían desviándose hacia la puerta, hacia

ero tensa. Gregorio le agradeció, luego se volvió hacia

te por agotamiento y deshidr

i voz temblando de

su tono apaciguador-. No tenía intenci

e yo tenía fiebre ahora me decía que una agresión física no era nada de qué preocuparse. La comprensión fue un golpe físico, un puñetazo en

. Era un despido claro. Lo oí suspirar, un sonido de frustración, antes de

guiente que supe fue que la puerta de mi habitación se abría

or una rabia que nunca antes había visto. Sus ojos

u agarre en mis hombros

regunté, mi mente nublada p

a dijo que fuiste la última en hab

s, el señor y la señora Thompson, irrumpieron en la h

anicurado apuntándome-. ¡No pudiste darle un heredero a Gregorio, as

re, selló mi destino. Llegó la policía. Fui acusada de orquestar el

suplicándole que viera la

es que nunca h

a una máscar

paz, Isabel. -Se volvió hac

eternidad. Reviví cada promesa que me había hecho. Te protegeré. Las palabras se burlaban de mí, resonando en

e irme. Mateo había sido "encontrado". Aparentemente se había alejado y

a. Gregorio me estaba esperando. Me atraj

rró-. Todo fue un malentend

regreso a nuestro departamento. Cuando entramos, Jimena est

o ella aquí? -preg

ñora Thompson, saliendo de la cocina. Su voz goteaba condescendencia-

imena, su voz pequeña pero firme, una clara

ras pasaba junto al sofá, el pie de Mateo se extendió, haciéndome tropezar. Grité al caer

nte en el mármol blanco. Los ojos de Jimena se encontraron con los míos, y vi un destello de

o que alguien llamara a una ambulancia. Mi visión se estaba volviendo borrosa, la habit

ba en silencio. Demasiado silencio. Estaba sola. Pres

e mi puerta. Gregorio

ella? -pre

da-. Perdió al bebé. Era temprano, solo ocho s

pa

morragia severa. Tuvieron que... tuvieron que re

Se había ido. Mi capacidad para tener otro, se había ido. Arrancad

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY