img De las cenizas a su abrazo  /  Capítulo 5 | 27.78%
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Historia

Capítulo 5

Palabras:1185    |    Actualizado en: 08/08/2025

consuelo pero que ahora solo le revolvía el estómago. Se sentó rígidamente en el

evas? -preguntó

a, con la mandíbula apretada-. No quiero que aparezcas en casa de mi

Jordán. Todo lo que

u casa. Solo déja

jo simp

Lomas. Ella salió y caminó hacia la puerta sin esperarlo.

us ojos brillando

que te arras

rrotado y la

y muebles caros, pero se sentía t

enfrentarlo en el vestíbulo-, es para proteger a Jor

na gruesa manta de cachemira y un botiquín

la chaque

manta alrededor de sus hombros temblorosos.

a era en unas pocas semanas. Entonces estaría libre de est

abrió el

, señalando un si

piando el corte en su frente con una toallit

ravés de la tela delgada. Su respira

cabeza contra el sillón. Empezó a limpiar la

su voz tan aguda como el escozor del an

un nudo en

ad me odi

continuó su trabajo, su rostr

edos donde tocaban su piel. Por un segundo loco y estúpido, se sintió c

e era un

lo... si solo ya no me amas, puedo aceptarlo. Me iré y nunca más te mol

mirada, fija en el corte sobre su ojo, vaciló. Vio algo en sus ojos, un destello de dolor,

rte de ella, enterrada en lo pr

en su mente: Jordán, sonriéndole, confiando en ella. La culpa d

s trucos de Elías. Estaba tratando de m

do contra su propia confusión. Terminó de vendarle el

peranza muriendo en su pecho. Una

endo -dijo

más. Simplemente se dio la vuelta y caminó hacia la puerta, sus movimientos rígido

us hombros. Había esperado que suplicara, que discutiera, que in

legante sala de estar de repente se sintió vasta y vac

bre desesperado tratando de recuperarla. Pero su partida se si

ietante se deslizó en su cora

admirador, se dijo a sí misma. Una molestia, pero un admi

sienes, haciendo una mueca. A veces sucedía cuando intentaba pens

sar. El dol

en el espejo del vestíbulo. Jordán la esta

donde el auto de Regina lo esperaba para llevarlo de reg

tro estaba contors

su puño conectó con l

hacia atrás,

u problema? -gritó,

o de furia-. ¡Mi problema eres tú! ¡Vi su camioneta t

porque Elías estuviera herido; estaba furioso porqu

iando un cort

e desquiciado. Abofeteó a Elías en la cara, una, luego dos veces. Los golpes eran débi

n dificultad. Sostenía un

desenroscó la tapa y le arrojó el contenido. El olor agudo

atiendo con un nuevo tipo de miedo. Esto iba más

estaban desorbitados, su mano temblaba mientras lo

ara sacarte de su

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