epartamento en Irapuato. Era todo de cristal y acero, con vistas panorámicas del
ciudad, mientras el personal de Regina lo atendía en silencio. Un médico vino y trató los moretones y corte
na en el segundo piso, pero nunca la veía. Era una presencia que sentía per
bajo, una galaxia de luces en expansión. Sintió una profunda sensación
cio de cristal, estaba la sede de Corporativo Navarro. Una luz est
z brillante. Una mujer y un hombre. Estaban cerca, el brazo del hombr
stancia, lo supo. Er
s, su mano agarrando su pecho como para mantener
interior, su respir
rostro de su Isa. Su sonrisa, la forma en que sus ojos se iluminaban cuando lo ve
na vez, su aliento cálido contra su cuello
el mismo hombre que hab
urado, sus ojos feroces con un amor
ú le había ofrecido un escape, pero no había escape de los recuerdos. Eran pa
, lo único que tenía de su vida anterior, estaba en un rincón. Se arrodilló y la abrió
a escrito durante el tiempo que estuvieron juntos. Su letra
una a
idísimo
o guapo que te ves cuando estás concentrado, con esa pequeña mancha de gras
pre
s
nubló. No p
scribió estas palabras se había ido, reemp
enía que matar al fanta
la pequeña chimenea sin humo. Una por una, tomó las cartas de la caja y las dejó caerlla le había regalado por su cumpleaños.
r en el cesto cuando sonó el
tida y for
rlo. La acompaña el señor Jordán Navarro. Están causando un alboroto. Las instrucciones de la s
e heló. Caminó hacia
s deje
ahogado de conmoción. La voz regresó, nerviosa-. Señor, han forzado su paso más
enía descaradamente en alto, una llave maestra probablemente robada del escritorio de seguridad en medio del caos. Jordán Navarro estaba allí
con sorna, sus ojos clavados en
Elías, su voz b
eándose en la habi
ué patético. ¿Tratando de destruir
ebató un puñado de cartas antes
os de Jordán escanearon la página, y su sonrisa se ensanchó-. Oh, esto es g
la parte inferior de la página
risa desapareció, reemplazada por una
ste esto? -sise
as, su voz plana-. Antes de que
ansformó rápidamente en rabi
mo, acosador retorcido! -Se abalanzó sobre Elí
empujó ha
mi vida,
de niño rico resquebrajándose para revelar los celos frenéticos d
vez más alta, más histérica. Era un animal acorralado, arre