entendí. O me dije a
o era la que manejaba nuestras finanzas, la que veía disminuir el saldo de la cuenta, la que t
llegó por
ndo lo escuché hablar por teléfono. Su voz era diferente: no el tono tenso y cansado de un
ato está cerrado.
pa
familia Herrera me quiere de vuelta en el redil, pero me
peó como un puñetazo. Herre
ente deshacerme de la tapadera hasta que mi pos
de cinco años para mantener a su familia alejada m
so es inquebrantable. Pero necesito el puesto de director general, no solo
Sentí que el suelo s
a, mi amor, mi diner
podría haber salvado a mi hermano? Para él, era menos que cambio
he para impresi
su paseo, entré a nuestra habitación y la encontré en desord
lta en mi bata, con una sonri
lo más mínimo-. Nos dejamos llevar un poco. E
a mano por
mente tenemos esta c
a helada crece
osa -dije, mi vo
a de dolor teatral. Se escabulló detrás de H
jiste algo malo de mí?
ero sonó como una ac
us ojos frí
áblale co
, el dique de mi compostura fina
a-. Y francamente, un pequeño desliz no es para tanto. Que t
. Estaba cansada, tan agotada h
r, acercándose a mí. Me agarró del brazo, su agarre como
dillas golpearon el piso de m
rrepentirás. Sabes que
a golpeado el borde de la ceja, dejando una cicatriz que tenía que cubrir con maquil
te a mí era un extraño. El hombre que una vez prom
en mató a
soltó, yéndo
i a mi computadora y comencé a borrar cada foto que tenía de é
y marqué un número que
e, con la vo
¿Qué pasa
endo de golpe-. Con tus protegidos. Ese en el q