sino para empacar. Entré en la oficina elegante y minimalista que había
nstantino, con aspecto bronceado y descansado. Detrás de él, sosteniendo una correa, estaba Regi
re se m
alegre, como si acabara de regresar de un viaje de negocios
perro, y luego de nue
Le dio un pequeño tirón a la correa. César jadeaba, con la lengua fuera. Era sol
a se siente fatal por lo que pasó. Vinim
n ojos de adoración. "Ha sido tan dulce, cuidando del pobre César. To
imal que había desgarrado la carne de mi
ntino con seriedad. "Pero solo podemos hac
condiciones. Típi
rme, desprovista de emoción. "¿El
uedó suspendi
tensó. "¿Qué se supon
fue el que mordió. ¿O ya se te olvidó esa parte? Tal vez d
un rojo irregular. "¡Estás siend
"Y mi madre era
su voz aguda. La máscara de contrición se
o por mucho. Está aquí, tratando de ser la mejo
e atravesó el pecho. La estaba de
erente? ¿Por qué por un segundo p
l pecho de Constantino. "Solo quería decir que lo se
ino, mirándome por encima de su cabeza
ro. "Le debes una disculpa a Re
justa, que casi me reí. ¿Disculparme? ¿Con ella? ¿
",
ciosa, pero tuvo la
diji
e qu
mera vez en toda nuestra relación. Sonó como una acusación
te tranquila. "Déjame preguntarte algo, Constantino.
rostro palideciendo
mi caja de pertenencias
e vas?",
r el escritorio de su secretaria
a mujer de aspecto atónito
ión para renunciar. Tenía esa autoridad. Era una de
a casa, un espacio que una vez fue nuestro y ahora se s
cesar. Un torrente de
, ¿dónd
sto. Podemo
n idiota. Por fav
am
otro, y no sentí nada más qu
mi te