eaba con los botones de su camisa, con
jos estaban en mí, llenos de desaprobación-. Estás
barazo como un escu
í, sin apartar la mirada de Valeria-. En nuest
Dio un paso hacia mí-. Sus hormonas están por todas partes
s pies -le espeté. Mi voz se estaba volviendo más fuerte-.
del brazo. Su ag
ás haciendo
-dije entr
ign
z baja e intensa-. Este es su bebé. Es mi deber
como si excusara todo. Como si mis sentimientos
en otro lugar -dije, liberando mi braz
ue un sonido corto,
es más dinero? ¿Un coche nuevo? Bien. Te com
ilencio. Comprar mi sumisión
aleria deslizarse a su lado. P
osa-. Es mi culpa. Estoy causando tantos problemas. Deberí
as. Miró de Mateo a mí, una imagen perfe
z quebrada-. No soporto ser la razón
ediatamente la rodeó con su brazo, atrayéndola en un abrazo
que hicis
frustración silenciosa, de ser ignorada y
de lo que tú hiciste, Mateo. ¿A qué hora llegaste a la cama anoche despu
so rí
ántas noches has pasado consolándola de sus "pesa
ó más fuerte c
s pies a su cuñada? ¿Que ella lo espere afuera del baño
e ver que daban en el blanco. Su
-gimió Valeria, apartándose de él-. Emp
ndo que él nunca la dejaría. Lo estaba convirtiendo e
e volvió hacia ella, toda su
. No vas a ir a ninguna pa
iró. Era como si