ataúd del hermano de mi esposo. Un mes después, ese silencio fue reemplazado por algo mucho peor. La
a mirando a Valeria, que esperaba junto a la puerta con su única
e era la costumbre. Tocaba la puerta de nuestra recámara a altas horas de la noche, fingiendo pesadillas, llevándose a Mateo por horas para
a escuchar a Mateo decir que no. Quería que le dijera que eso era inapropiado,
Valeria. Ponl
a su hombre, buscando constantemente su aprobación. Ahora, viéndolo atender cada uno de sus capr
, llamé a
a voz temblorosa-.
ítu
sonido de la tierra cayendo sobre el ataúd del hermano de mi espos
viuda de mi cuñado,
arza, decidió que se
a mirando a Valeria, que esperaba junto a la puerta con su única
voz baja para que Valeria no escuchar
ró hacia mí, con
o. No está a di
bellino de disculpas en voz baja y sonrisas tristes.
o afuera de la puerta del baño, sosteniendo un
e inocentes-. Es la costumbre. A Marcos, mi difunto
erta de nuestra recámara a altas horas de la noche. La primera
abrazando u
n lágrimas en los ojos-. Soñé co
con ella en la sala. Esto s
a cocina, tratando de encontrar la energía para cocinar. Mateo y
voz cargada de autocompasión-. Marcos solía masajearl
uchando. Quería escuchar a Mateo decir que no. Quería qu
do del taburete al moverse. Lue
Valeria. Ponl
ala donde mi esposo le frotaba suavemente los pies a su cuñada embarazada, y no
y marqué el núm
a voz temblorosa-.
a al otro lad
a? ¿Qu
s. El masaje de pies. Todo sonaba tan insignificante, ta
a que estuviera en casa. Aprendí a cocinar sus platillos favoritos, incluso los que odiaba. Me vestía como a él le gustaba, de forma conservadora.
-solté en un sollozo-.
mbre que desperdiciara palabras. Su
ión, Sofía. Ahora
tomé
por su negocio. Yo ayudé a construirlo. Yo pued
dió. La parte de mí que se había estado encog
que me devolvía la mirada. Tenía los ojos cansados. El
en el sofá de m
ando una de las camisas de vestir de Mateo sobre sus leggings. Col
ió dulc
ormiste bien? Sé que el
do algo y se habría ido. Mi
oz uniforme-. Esa es
risa v
n el respaldo de la
atela
ó, conf
Qu
o se alzó. Era plana, fría y final. No e