ciales de Bruno Montenegro. Los días para su partida estaban en cuenta regr
acía y un frío se sentía en el aire. Fue a la cocin
éfono vibró. Era un me
volveremos a casa e
más. Una cena a la luz de las velas. Una self
ligeramente mientras miraba las fotos.
O
atoria. Alguien la había etiquetado. Hizo clic y vio que sus compañeros
California, probablemente no volve
ó instantáneament
dor, Bruno Montenegro
so durante la noche y trajo un equipo de búsqueda a las montañas para encontrarte. Dijo
época en la que se sentía segura y cálida. Pero ahora, esos sentimientos cál
fono y respondió
no v
ía por completo. No sabían de la confesión que él había rechazado cuando ella tenía diecisiete años. Y
ños de nuevo, parada torpemente junto a la fuente en su pr
cuadros, la miró con indiferencia. Luego se dio la vuel
ara mojada por las lágrimas qu
a desde el principio, tal vez habría e
mundo no era nunca tener algo. Era tener todo el favo
a de su habitación, llena de recuerdos. Quedaban trece
dos. Solo deshaciéndose de ellos por comple
mó la pesada maleta y
as escaleras, vio que Bruno y Ch
en su mano. "Las clases aún no han come
l campus más tarde, así que empaqué
a pesada maleta p
itó la maleta y salió. La arrojó directamente
era. Si le importara un poco, habría escuchado el sonido de las campana
ndo para traerle a lo largo de los años. También eran lo
miró la basura. Su mira
d de vivir en el campus. Quédate en casa después de
or de preparatoria, habría sabido que ella ni siquiera había aplicado a ninguna universidad en la ciudad.
oe Estrada ahora. No le imp
días. Una vez que estuviera en Cal
lta y volvió a subir las esc
untar en voz baja: "¿Jade está enoja
o años. Debería aprender a ser independiente
escaleras, luego conti
sado. Y no esperaría el futuro. De ahora en a