ítu
bra se hubiera quedado en el comedor por mucho tiempo, más densa y peligrosa que su presencia misma. Nadie se atrevió a h
nando mi cuerpo. Supongo que sería lo segundo en suceder porque mi corazón se había estrellado
e sirvió más vino en su copa y decidi
n voz de quien tenía mucha seguridad en sí mismo
- le espeté, con los ojos aún empañado
ió sin mirarme- Además, deberías de agra
que estés obligando a un hombre a casarse conmigo so
una sentencia para mí y mi futuro. Sé de ante mano que yo amo a Thiago con todo mi corazón, pero
Recuerda que Thiago es el hombre indic
de hacer, me has arruinado la vida - dije entre lágrimas antes de
-
evuelto, como si el veneno del desprecio de Thiago aún circulara por mis venas. Sin embargo, me
a puerta de mi habitación y ese no fue un golpe cualquiera. Al parecer la persona del otro lado tenía urgen
tenso y las manos en los bolsillos. No era el mismo que había entrado en mi casa hace unas noches at
bajo y yo solamente asentí. Di un p
un animal que analizaba el terreno antes de atacar. Ahí solo me miró y sus ojos me atravesaron por
te con voz baja, como si contuviera algo que a duras penas
lo juro - digo a duras penas por qu
eso? Yo sé que tú estás detrás de tod
por las lágrimas que estaba conteniendo - Una vez que te fuiste le reclamé a
a menta amarga y peligro. Su proximidad me desarmaba como siempre, pero hubiese preferido que esta cercanía hubiese sido de otra m
rró de frente con una furia helada - ¿Te parece justo que tenga q
que nunca busqué? ¿Por algo que llevo años callando? - dije sin me
callando? - me preguntó luego de dar un fuert
- Que te amo desde que tengo memoria y he tenido que ver cómo m
rimera vez o como si lo que acababa de decir le cambiara el mapa interno. Sin embargo, no fue un gesto de tern
a maldita trampa -dijo, ale
nte es mi verdad, la que he callado todo est
gura - Tu verdad acaba de joderme la vida y
o desde que era una niña, Thiago! ¿Tú sabes lo que es ver al amor de tu vida amando a otras mujeres como si ella no existi
fica este matrimonio abs
. Solo... solo no puedo seguir fingiendo que n
atón emocional. Eso era justo lo que había sucedido luego de decirnos todas a
Me estoy casando contigo porque no me queda de otra y eso va a ser tu tumba. Así que no esperes amor de mi parte, no mucho menos esperes fidelidad.
-
r lo sucedido y yo tampoco lo había hecho, pero firmamos aquella sentencia frente a un notario. Mis manos estaban frías al agarrar aquel lápiz y no había una sonrisa sincera en mis labios; aqu
él llegó tarde, con ojeras, sin corbata. Dándome a entender que venía de estar c
ara a dormir al sofá. Sin embargo, estaba tirado en la habitación del hotel en el que estábamos, dándome la espalda s
on ella? - le pregunt
stoy esperando a que caiga la noche para ir a ver
ivo cuando se lo proponía y en esta venganza suya, la única que está saliendo afectada y con e