s, el sonido del cierre al cerrarse resonó en la habitación silenciosa, un sonido definitivo, como el de una puerta que se cierra para siempre, maña
añana?", preguntó ella, su voz sonando extr
do, como si estuviera librando una guerra personal con la pantalla, la luz azul del mon
in emoción, "Tengo una junta con los proveedo
a, más para sí misma que
n que sus hombros estaban encorvados por la concentración, o quizás por el peso de secretos que ella no conocía, recordaba cua
, con un nudo formá
ecesitamo
cupado", dijo él, sin un
una emergencia, uno de sus clientes, un joven indocumentado, había sido detenido en una redada, el páni
ose de pie de un salto, "Detuvieron
bía preocupación en sus ojos, solo u
ntó él, su voz goteaba un sarcasmo frío, "Siemp
a, sintió las lágrimas picar en sus ojos, pero se las
portante, Mateo,
, replicó él, y volvió su atención a la la
luego, sin decir una palabra más, tomó su bolso y salió del cuart
sa, la adrenalina se disipó, dejando solo un vacío helado, las palabras de Mateo resonaban en su cabeza, Nuestro matrimonio también deberí
gua y vio una pila de correo sobre la barra, la mayoría eran facturas y publicidad, pero un sobre grande
le que le revolvió el estómago, con manos temblorosas, rompió el sello, dentro había un fajo de papeles, en la
para no caer, leyó las cláusulas, una por una, con una creciente sensación de irrealidad, re
ollozo ahogado, junto a la línea de la firma de Mateo, había una pequeña nota adhesiva amarilla, en ella,
aición era tan profunda, tan calculada, que le quemaba el pecho, no era solo que quisiera terminar, er
opio corazón roto era el único ruido en la casa silenciosa, caminó como una autómata de regreso a su
ra cita, en el fondo, envuelta en papel de seda, estaba la estatuilla de su pastel de bodas, una p
rió, el aire frío de la noche le golpeó la cara, pero no sintió nada, con un grito ahogado que era mitad rabia y mitad dolor, arrojó la estatuilla a
inalmente corrieron libres por su rostro, mojando su ropa, se quedó allí, temb
pasillo, él entró en la habitación y encendió la luz, la vio en el suelo, pero su expresió
tó, su voz tan distante como si e
as estaban atrapadas en su garganta, él
de huéspedes", dijo, "Ten
ra de consuelo, la dejó sola en el suelo, con l