eada de repente se siente fría. Ricardo se levanta de la ban
noto rara hoy", dice,
mano bru
e toq
undo, luego intenta una táct
portante, pero no tienes que ser así conmigo", dice con un
risa amarga
¿O para ti y para
veo cómo el color abandona su rostro. Su mandí
do", dice, pero su voz ha
espacio personal. "Sabes exactamente de lo que hablo,
lenciosa en medio del parque, ya no h
susurra, y hay un deste
on frialdad. "Y esta vez, la
vo, dispuesta a irme y
puedes hacerme esto! ¡Necesit
o, pero n
or encima del hombro. "Consigue tu prop
irme hacia la salida del parque, el corazón me late con fuer
pués de que Ricardo me dejara, yo estaba destrozada pero intentaba salir adelante, había un concurso de diseño par
dejé mi carpeta en la mesa del comedor para ir al baño, cuando volví, la carpeta h
a oport
enía una copia de la llave, la robó, saboteó mi futuro para asegurarse de que yo nunca pud
por dentro, una ra
la carta de Milán, la leo una y otra vez, mis m
s formularios, preparo mis documentos, actúo con una ra
erder ni u
rtificada, paso por un puesto de periódicos, en la portada de la sección de sociales v
Gómez, la joven promesa de
riunfador, un hombre hecho a sí mismo, nadie conoc
o cono
uro a m
acrificio, no habrá
, habrá