ida, mis pulmones fallaban, no por enfermedad, s
ueños, todo se había derrumbado p
convenció de entregarle mis ahorros, la beca a Milán, tod
te lo juro", me dijo, y yo, tonta de mí, le creí. Renuncié a Mi
la calle; su nueva musa, Laura Sánchez, la chef p
s, mientras yo me hundía en la miseria,
n, declarando a Laura su "verdadera musa
ento y la vida, sentí paz al partir,
ensordecedor me devolvieron, abrí los ojos en
Es la oportunidad de nuestras vidas." El mald
mi respuesta fue: "No, Rica
zcla de sorpresa y enojo, y susurró: "Noén lo re