a humedad y a
rmitían correr por los campos y bailar hasta el amanecer, ahora eran dos trozos de
era mi espo
verme a mí, sino para acompañ
siluetas en el suelo polvoriento. Una alta y fuerte, la de Ricardo. La o
carrera, mi es
a aquí? Da un poco de miedo", dijo Camila, con una
dor que probablemente había comprado con el dinero de
miró. Su atención estab
o no puede hacerte daño", respondió él, su voz era el mismo tono fr
ado en el suelo, el movimiento pr
ver mi estado. Llevaba ropa vieja y gastada, mi cabello e
ira qué generoso es Ricardo. A pesar de todo lo qu
uñas se clavaron en la
varle la vida? ¿Escribir el
por un segundo, reemplaza
vó de la cárcel después de que intentaras matarme en es
a para discutirla. Ellos habían torcido la historia a su antojo. El incendio
us ojos en mí. Eran fríos
co dice que su corazón está débil. Necesi
n por la que su corazón estaba "débil" era p
auda su felicidad desde este ag
gotó. Se acercó a mí, su som
o suficiente", siseó, cada palabra era un golpe. "Si no fu
alor sofocante del sótano. Sabía a qué se refería. Lo
levó una mano al pecho
nto... siento una
o lleno de pánico. La sostuvo en sus
Llamaré al Dr. Vargas a
laba, Camila me lanzó una mirada por encima del hom
tráigala de inmediato. Necesitamos acelerar los preparat
ontraron con los míos por un breve instant
nte com
er